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Vol. 72/No. 33      25 de agosto de 2008

 
Moscú invade Georgia para
reafirmar su dominación
Alega defender derechos de osetios, abjasos
(artículo principal)
 
POR SAM MANUEL  
WASHINGTON, 14 de agosto—Poco después de firmar un cese el fuego el 13 de agosto, tropas rusas se adentraron más profundamente en Georgia, prácticamente dividiendo el país en dos. En un momento estaban apenas a 30 millas de la capital, Tbilisi.

“Olvídense de hablar de la integridad territorial de Georgia”, dijo el ministro ruso del exterior, Serguei Lavrov, a la prensa el 14 de agosto.

Moscú está usando su invasión de Georgia, una nación históricamente oprimida por Rusia, para reafirmar su dominación de la región. El Kremlin alegó cínicamente que su acción militar era una respuesta al supuesto “genocidio” georgiano contra el pueblo de Osetia del Sur, una región que el gobierno georgiano reclama como parte de su territorio.

El gobierno ruso había estado preparando el operativo durante meses, según lo demostró la velocidad y la envergadura de su avance.

Soldados rusos ocuparon Gori, Georgia, dándole control a Moscú sobre la principal carretera que cruza el país de este a oeste, con lo cual Tbilisi quedó aislado. Las fuerzas rusas sabotearon aeropuertos, instalaciones navales y radares en Georgia.

El presidente francés Nicolas Sarkozy negoció un cese el fuego entre Moscú y Tbilisi el 12 de agosto. El acuerdo estipulaba que las tropas rusas se replegaran hasta donde habían estado antes de estallar el conflicto. Pero el pacto también, a insistencia de Moscú, permitía que fuerzas “pacificadoras” rusa “implementen medidas adicionales de seguridad”.

Los combates comenzaron el 8 de agosto cuando tropas georgianas intervinieron en Osetia del Sur tras escaramuzas entre fuerzas georgianas y osetianas. Según algunas versiones periodísticas, cientos de personas murieron en la ofensiva georgiana en Osetia del Sur. El gobierno ruso alegó que 2 mil civiles habían muerto y acusó a Saakashvili de “genocidio”.

Anna Neistat, miembro del grupo norteamericano Human Rights Watch, dijo al Times de Londres que el hospital de Tsjinvali había reportado 44 muertes, principalmente de civiles.

Presentándose como defensor de los derechos de Osetia del Sur y de Abjasia —otra región reclamada por el gobierno de Georgia— el Kremlin ha respaldado a los independentistas en esas zonas y ha otorgado la ciudadanía rusa a miles de osetios y abjasos.

Las tensiones en ambas regiones se intensificaron en 2004 cuando Mijail Saakashvili fue elegido presidente de Georgia. El hizo campaña con la promesa de “reintegrar” Osetia del Sur y Abjasia a Georgia.

El presidente georgiano también estableció relaciones muy amistosas con Washington. Desde 1997 el Pentágono ha entregado a su gobierno 277 millones de dólares en ayuda militar, y a cambio, Saakashvili envió 2 mil tropas a pelear bajo el mando estadounidense en Iraq.

El 13 de agosto, el día después de que se firmara el “cese el fuego”, el presidente norteamericano George Bush anunció que enviaría “ayuda humanitaria” a Georgia.

“Veremos buques militares norteamericanos que entran los puertos a pesar del bloqueo ruso”, alegó Saakashvili.

Sin embargo, el Pentágono ha dicho que solo enviará un par de aviones con carpas, bolsas de dormir y suministros médicos, pero no buques militares.  
 
Historia de dominación rusa
Los gobiernos rusos tienen una larga historia de dominar no solo a Georgia sino a otras naciones oprimidas en el antiguo imperio zarista. La excepción fue durante el gobierno bolchevique bajo Vladimir Lenin que llegó al poder tras la revolución rusa de octubre de 1917.

Bajo el dominio zarista, naciones oprimidas por el imperio ruso como Georgia fueron privadas de su idioma y cultura. Los capitalistas rusos explotaron sus recursos naturales.

Eso cambió cuando llegó al poder el gobierno de trabajadores y campesinos dirigido por los bolcheviques. La dirección revolucionaria forjó una federación voluntaria de naciones, incluida Georgia, basada en el poder de los soviets (consejos) de trabajadores y campesinos en esos países: la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas.

La nueva federación tomó medidas de acción afirmativa, dando prioridad al desarrollo de las economías y culturas de las naciones más pobres a fin de cerrar la brecha entre estas y Rusia.

A mediados de los años 20, la casta burocrática privilegiada emergente, encabezada por José Stalin, empezó a reemplazar la política internacionalista de una federación voluntaria de repúblicas soviéticas, promovida por los bolcheviques, con el viejo chovinismo ruso.

Al derrumbarse la URSS a fines de los años 80, las demás repúblicas que formaban parte de la URSS se declararon independientes, entre ellas Georgia.

Con la desintegración de la URSS, los dirigentes de Osetia del Sur y de Abjasia abogaron por la independencia y una asociación con Rusia.

Bajo los bolcheviques, Osetia del Sur había sido una región autónoma. Los osetios hablan su propio idioma. Durante la época bolchevique, Abjasia también ganó la autonomía, pero Stalin luego incorporó la provincia a Georgia.  
 
 
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