Vol. 72/No. 49      15 de diciembre de 2008

La economía estadounidense ha estado en una recesión desde diciembre de 2007 según el Buró Nacional de Investigaciones Económicas—de más larga duración que el promedio de las recesiones desde la segunda guerra mundial.

El 25 de noviembre el gobierno norteamericano anunció un nuevo programa de rescate de 800 mil millones de dólares, con la esperanza de apuntalar el tambaleante sistema financiero del país. Esta medida, la última de una serie de desembolsos de Washington en los últimos meses que ya suman millones de millones, es la respuesta de los gobernantes norteamericanos a la crisis económica capitalista más profunda a nivel mundial que se ha visto desde la década de 1930, una crisis que ya conlleva consecuencias catastróficas para el pueblo trabajador.

Los patrones ya han recortado 1.2 millones de empleos en lo que va del año, y se anticipa que en noviembre hayan eliminado otros 350 mil, informa MarketWatch.

Los barones de la industria automotriz regresaron a Washington el 2 de diciembre para pedir un rescate de 25 mil millones de dólares para General Motors, Chrysler y Ford. Mientras tanto, el presidente del sindicato automotriz UAW, Ronald Gettelfinger, manifestó la disposición de los funcionarios sindicales de reabrir los contratos.

El congelamiento del crédito ha llevado a una baja en la venta de los bonos municipales —en un 9.1 por ciento este año— de la cual dependen los gobiernos municipales y estatales para financiar sus operaciones. En consecuencia, en muchas ciudades las autoridades preparan nuevos impuestos y mayores recortes de los servicios sociales.

En noviembre se anunció un nuevo reglamento federal que aumenta lo que los trabajadores que reciben beneficios del Medicaid deberán pagar por visitas al médico y al hospital y por recetas médicas.

El número de trabajadores que reciben cupones de alimentos pronto va a sobrepasar los 30 millones, un récord. Según las estadísticas del gobierno, 11.9 millones de personas pasaron hambre en Estados Unidos en algún momento del año pasado.

El paquete de rescate de 800 mil millones de dólares incluye 200 mil millones para comprar títulos (securities) reempaquetados, respaldados por préstamos para comprar automóviles, para estudiantes, para usuarios de tarjeta de crédito y para pequeños comerciantes.

El nuevo fondo “subraya la severidad de la crisis crediticia y provoca inquietudes entre algunos analistas de que el Banco de la Reserva Federal pueda estar abarcando demasiados riesgos —e imprimiendo demasiado dinero— en respuesta”, afirmó el Financial Times el 26 de noviembre.

En el último año, el gobierno norteamericano ha asumido obligaciones, directa e indirectas, por el valor de 7.8 millones de millones de dólares. Esto equivale a cerca de la mitad del tamaño de la economía nacional, y es mucho más que el plan de rescate bancario de 700 mil millones que el Congreso autorizó en octubre.  
 
 
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