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Vol. 72/No. 49      15 de diciembre de 2008

 
Ataques en Mumbai perjudican
a trabajadores en la región
(portada)
 
POR CINDY JAQUITH  
Una serie de atentados en Mumbai (antes Bombay), India, dejó un saldo de 170 personas muertas entre el 26 al 29 de noviembre.

La policía india dijo que el único asaltante capturado vivo, Muhammad Ajmal Kasab, les dijo que fue entrenado en un campamento en Pakistán y que es partidario de la organización islamista Lashkar-e-Taiba. Este grupo ha realizado numerosos ataques armados dirigidos contra India. El gobierno indio le achacó el atentado contra un tren en India que mató más de 200 personas en 2006.

Según versiones noticiosas, en una estación de tren en Mumbai, dos hombres ametrallaron indiscriminadamente a pasajeros y trabajadores, dejando muertas a 54 personas. Otra banda asaltó un centro judío, matando a seis personas. Pistoleros tomaron el hospital de Cama, donde más personas fueron baleadas. Otros tomaron rehenes en dos hoteles de lujo, el Taj Mahal y el Trident/Oberoi, donde mataron a unas 90 personas, incluyendo a trabajadores y turistas extranjeros.

Lashkar-e-Taiba es un grupo que, utilizando demagogia islamista y chovinismo antiindio, ha actuado a nombre de los intereses de sectores de la burguesía paquistaní en sus batallas con sus rivales capitalistas en India.

Con apoyo del gobierno en Islamabad, ha lanzado ataques contra fuerzas indias en Cachemira, y más recientemente en India misma.

Lashkar-e-Taiba se organizó a fines de los años 80 con apoyo de la policía secreta paquistaní, ISI. Sus fundadores habían reclutado a voluntarios para pelear junto a los talibanes en Afganistán tras la retirada soviética de ese país. Desde entonces, el grupo ha ayudado a los gobernantes paquistaníes en su conflicto con el gobierno de India. Después de la invasión norteamericana de Afganistán en 2001, fue proscrito oficialmente por el gobierno paquistaní a insistencia de Washington, pero algunos de sus dirigentes realizan actividades públicas a través del grupo Jama’at ud-Dawa, que maneja negocios, escuelas y agencias socorristas cerca de Lahore, Pakistán.  
 
Rivalidades burguesas
El uso de las divisiones religiosas y étnicas en el subcontinente indio se remonta a la época colonial. En 1947 India se independizó de Gran Bretaña tras una masiva lucha popular. Para fomentar divisiones y mantener su influencia, los imperialistas británicos dividieron India y crearon un país llamado Pakistán —con regiones en el oeste y el este— donde la mayoría era musulmana. La población en lo que quedó como India era mayoritariamente hindú.

La rivalidad entre las burguesías en India y Pakistán ha llevado a repetidas guerras. Las guerras en 1965 y en 1990 giraron en torno a Cachemira, una región mayoritariamente musulmana pero dividida, donde tropas indias controlan dos tercios del territorio. En 1990 los dos gobiernos rivales se amenazaron mutuamente con armas nucleares.

Durante los seis años previos a los ataques en Mumbai, unas 600 personas han muerto en India en ataques armados por fuerzas islamistas. En julio, 60 personas murieron en un atentado en la embajada india en Kabul, Afganistán; las agencias norteamericanas de espionaje acusaron a la ISI de ser cómplices en el atentado.

La clase dominante en India también ha recurrido al chovinismo y a la violencia para tratar de mantener dividido al pueblo trabajador. El derechista Partido Bharatiya Janata (BJP), que encabezó el gobierno de India a principios de esta década y recurre al nacionalismo hindú, fue responsable de una masacre de 2 mil indios musulmanes en el estado de Gurajati en 2002.

La guerra de Washington en Afganistán, incluyendo las crecientes operaciones militares norteamericanas en Pakistán, han acentuado estos conflictos entre los gobiernos capitalistas de la región. Washington presionó al presidente paquistaní Parvez Musharraf, antes un fuerte partidario de los talibanes, para que se aliara al gobierno estadounidense en la guerra en Afganistán.

Washington también ha logrado atraer a su órbita al gobierno indio, que antes había tenido relaciones estrechas con Moscú. En 2006 el Congreso norteamericano aprobó un acuerdo de colaboración nuclear con India, estableciendo un comercio directo en materiales nucleares.

Para mejorar sus relaciones con India, el nuevo presidente paquistaní, Asif Zardari, recientemente condenó a los insurgentes cachemires como “terroristas”.

Sin embargo, desde los atentados en Mumbai, han crecido las tensiones entre los dos gobiernos. Islamabad amenazó con enviar 100 mil tropas a la frontera con India. Hasta la fecha niega tener vínculos con los asaltantes y rehúsa extraditar a sospechosos a India.

El recrudecimiento del conflicto entre Nueva Delhi e Islamabad crea problemas para Washington, que busca ampliar su guerra en territorio paquistaní. La secretaria de estado norteamericana Condoleezza Rice voló a India para entablar conversaciones. Instó a Islamabad a que ayudara a capturar a los atacantes. Sin embargo, la “guerra antiterrorista” dirigida por Washington seguirá exacerbando los conflictos en la región, incluyendo entre los gobiernos de Pakistán e India.  
 
 
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