Vol. 73/No. 3 26 de enero de 2009
Tropas israelíes han cerrado todas las entradas a la franja de Gaza, que cuenta con 1.5 millón habitantes, prácticamente acordonándola. El área tiene fronteras con Israel al norte y al este y con Egipto al sur.
Para el 14 de enero, en Gaza había más de mil muertos, entre ellos 300 niños, y casi 5 mil heridos. Otros 90 mil residentes han sido forzados a abandonar sus hogares debido a los combates, informó la BBC.
Israel no se va a controlar más, declaró el ministro de relaciones extranjeras israelí, Tzipi Livni, en una entrevista publicada en el número del 19 de enero de Newsweek..
El gobierno egipcio está intentando negociar un cese del fuego. Según el Jerusalem Post del 14 de enero, negociadores de Hamas han aceptado una propuesta egipcia que estipula en principio el cese de los ataques de cohetes contra Israel. Amos Gilad, jefe del buró diplomático del ministerio de defensa israelí, debía viajar a Cairo el 15 de enero para revisar la propuesta de cese el fuego y presentar las condiciones de Tel Aviv.
Washington y Tel Aviv exigen que haya una fuerza internacional en la frontera entre Egipto y Gaza para detener el traslado de armas por túneles.
El diario en árabe Al Hayat, con sede en Londres, informó el 13 de enero que, como parte de un acuerdo de cese el fuego, Hamas está dispuesto a aceptar fuerzas turcas en el pueblo de Rafah a lo largo del cruce fronterizo entre Egipto y Gaza.
Después de ocupar Gaza por 38 años, Israel retiró sus tropas y asentamientos en septiembre de 2005. En 2006 Hamas (el Movimiento Islámico de Resistencia), ganó una mayoría en las elecciones para el parlamento palestino en Gaza.
Washington ha dado su pleno apoyo al asalto contra Gaza. No habrá un cese del fuego sostenible si continúan lanzando cohetes. Yo por mi parte creo que es a Hamas a quien le corresponde la decisión, dijo el presidente norteamericano George Bush el 12 de enero.
Según el Jerusalem Post, las Fuerzas de Defensa Israelíes están estableciendo una zona de seguridad a lo largo de la frontera con Gaza, una zona que planea ocupar aún después del fin de la guerra, cualesquiera sean los resultados de las negociaciones.
Blanco de ataque: clase trabajadora
En la primera semana del ataque, que empezó el 27 de diciembre, fuerzas israelíes bombardearon más de mil sitios, incluyendo mezquitas, universidades, lecherías, oficinas de medios de comunicaciones, casas y muchos edificios gubernamentales. Sin embargo, según Haaretz, pocos lugares del próspero vecindario de Rimal en la ciudad de Gaza han sido golpeados. Las Fuerzas de Defensa Israelíes se han enfocado más en los barrios obreros en el oriente de la ciudad.
Los ataques contra civiles y las restricciones a la entrega de ayuda han sido tan descarados que la Cruz Roja Internacional, que casi nunca hace críticas publicas, denunció que las fuerzas armadas israelíes no cumplieron con su obligación según leyes humanitarias internacionales de cuidar y evacuar a los heridos. Hizo esta declaración después de que los hicieron esperar cuatro días para obtener un permiso israelí para viajar a una casa bombardeada donde se encontraron a varios niños pequeños al lado de los cadáveres de sus padres.
El asalto israelí se dio después de 18 meses de bloqueo económico de Gaza, que ha aumentado la dependencia en dádivas de la ONU y ha causado escaseces de luz, agua, comida y medicina.
Ayuda entre residentes de Gaza
Residentes de Gaza están buscando cómo ayudarse mutuamente en respuesta al asalto. En el campamento de refugiados Shati, el panadero Zuhair Abu al-Arraj abrió su casa a sus vecinos que necesitaban un lugar donde cocinar. Arraj no tenía electricidad, pero sí tenía un horno de carbón que encendió con cartón y papel.
Dame más, dame más, dijo, extendiendo la mano a dos mujeres con canastas de masa, según el Washington Post. Para mediados de la tarde de ese día, había horneado 400 panes.
Desde el punto de vista del gobierno israelí la Operación Plomo Fundido por lo pronto ha sido un éxito. Las Fuerzas de Defensa Israelíes dicen que han dañado bastante la infraestructura de Hamas y que han causado cientos de bajas. Los ataques de Hamas con cohetes han bajado de 70 al día antes del asalto a alrededor de 20 por día.
Tel Aviv se ha esforzado para controlar la cobertura del asalto en los medios de comunicación. Soldados israelíes en Gaza tuvieron que entregar sus teléfonos celulares. No han permitido la entrada de periodistas extranjeros a Gaza desde el comienzo del asalto.
Mientras que los reportes en la televisión alrededor del mundo presentan escenas de hospitales en Gaza que incluyen a niños gravemente heridos, escasean imágenes similares en Israel mientras que dan cobertura 24 horas al día sobre heridos y muertos israelíes.
No pretendemos presentar todo el cuadro, como si fuera una guerra en Tanzania. Es nuestra guerra, dijo Reudor Benziman, director ejecutivo de Noticias Canal 10, uno de los dos canales privados principales en Israel.
Pero existen algunas voces en la prensa israelí que se oponen a la guerra. Gordon Levy, un comentarista de Haaretz, protestó lo que el caracterizó como el bloqueo informativo de la guerra en los canales israelíes.
Escribió que cualquiera que rechaza nuestros cuentos heroicos, prejuicios, palabras asépticas, imágenes Rorschach de bombardeos, fotos divulgadas por voceros de la IDF, pretextos de los propagandistas, generales complacidos, y media-verdades debe en cambio sintonizar las emisiones en inglés de Al Jazeera, un noticiero árabe que tiene seis periodistas en Gaza.
Las elecciones para la Knesset, el parlamento israelí, están programadas para el 10 de febrero. Ocurre en un momento en el que hay diferencias tácticas entre los gobernantes israelíes sobre que tanto intentar lograr en Gaza, o si ya han obtenido avances suficientes. Funcionarios militares han dicho a la prensa que tiene un plan de contingencia la plena reocupación de Gaza y el derrocamiento de Hamas si Tel Aviv no logra todos sus objetivos en las negociaciones. Pero pocos entre los gobernantes israelíes creen que es posible una ocupación a largo plazo.
Hasta que se dio el ataque a Gaza, el dirigente del partido derechista Likud, Benjamín Netanyahu, estaba a la cabeza en la carrera para ser el nuevo primer ministro. Pero encuestas recientes demuestran un apoyo creciente al ministro de defensa Ehud Barak, dirigente del Partido Laboral. Un bloque dirigido por el partido del ministro de relaciones extranjeras Livni, el partido Kadima cuenta con el mismo apoyo que Netanyahu.
Livni fue un espía del Mossad, el servicio de inteligencia israelí. Ella y Barak son considerados parte de la izquierda israelí. Pero hasta Newsweek comentó que con cientos de muertos en Gaza, Referirse de Barak o Livni como palomas es un poco orwelliano.
El 12 de enero el Comité Central de Elecciones israelí descalificó a dos partidos árabe-israelíes Balad, que hoy cuenta con tres miembros en la Knesset, y la Lista Arabe Unida (UAL) que tiene cuatro. Haaretz dijo que Balad y la UAL fueron acusados de apoyar a grupos terroristas y de negarse a reconocer el derecho de Israel de existir.
Casi un 20 por ciento de los 7 millones de ciudadanos de Israel son árabes. Pero, comentó Haaretz, por décadas han sufrido discriminación y pobreza.
Una de las protestas más grandes de árabes-israelíes en muchos años tuvo lugar en Sakhnin el 3 de enero en la que 10 mil personas se manifestaron en contra del asalto a Gaza.
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