Vol. 73/No. 5 9 de febrero de 2009
El primer ministro y dirigente del Partido de Independencia, Geir Haarde, entregó su renuncia al presidente ólafur Ragnar Grímsson después que fracasaran negociaciones para salvar al gobierno. El ministro de comercio Bjorgvin Sigurdsson, de la SDA, renunció el día anterior, culpando a las presiones del colapso económico, informó la AP. La semana anterior, Haarde había convocado nuevas elecciones para mayor.
Lo más probable es que el próximo gobierno sea encabezado por el saliente ministra de asuntos sociales Johanna Sigurdardottir, quien se presenta como una política de programas sociales.
Gobiernos de coalición en varios países de Europa enfrentan una inestabilidad similar como resultado de la contracción mundial en la producción capitalista. Protestas masivas y enardecidas han tenido lugar en Grecia, Bulgaria, Latvia, Lituania y otros países europeos.
A principios de octubre el gobierno tomó control de los tres bancos principales de Islandia. Se habían desplomado tras una orgía de adquisiciones de compañías por toda Europa que resultó en que su deuda creciera hasta llegar a ser 10 veces más que el producto doméstico bruto del país. En noviembre, el gobierno recibió un préstamo de rescate de 5.1 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional y varios gobiernos europeos. La tasa de desempleo subió de 1.3 por ciento en septiembre de 2008 a 4.8 por ciento en diciembre, según el Directorio Laboral. El 28 de enero el desempleo había llegado al 7.8 por ciento. El Ministerio de Finanzas proyecta que el Producto Domestico Bruto se contraerá en un 9.6 por ciento en 2009.
Desde mediados de octubre miles de personas se han sumado a protestas semanales en el centro de Reykjavík convocadas por Voces del pueblo. Las protestas han tenido un carácter nacionalista y resentido, denunciando a funcionarios corruptos e ineptos y exigiendo la renuncia del gobierno. Desde el 20 de enero han habido mítines con participantes sonando cacerolas frente al parlamento desde el medio día hasta horas de la noche. En algunos casos la policía ha atacado a los manifestantes con bastones y aerosoles de pimienta. El 21 de enero usaron gases lacrimógenos por primera vez desde 1971.
A medida que los gobernantes intenten cortar el salario social, los trabajadores han empezado a responder. En el pueblo de Hafnarfjörður, cerca de Reykjavík, el personal del hospital St. Joseph ha dirigido una campaña en contra de su cierre, recolectando 14 mil firmas.
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