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Vol. 73/No. 8      2 de marzo de 2009

 
Arabes dentro de Israel luchan por la igualdad
(especial)
 
POR SETH GALINSKY  
Tras el ataque contra los palestinos en la Franja de Gaza, los árabes israelíes están persistiendo en su lucha en contra de la discriminación y por conseguir igualdad de derechos dentro de Israel.

Israel carece de una constitución. Sus “leyes básicas” dicen que es un estado “judío y democrático” en el cual todos sus ciudadanos cuentan con igualdad.

Durante la fundación del estado de Israel, la mayoría de los 859 mil árabes que residían allí fueron forzados a exiliarse a la Franja de Gaza, a la Margen Occidental y a los países árabes vecinos. Sin embargo, cerca de 133 mil de ellos permanecieron dentro de las fronteras de Israel aún después de que se estableciera el estado en 1948.

Hoy en día, alrededor de 1.4 millones de sus descendientes sufren la discriminación en el empleo, la vivienda y la educación; restricciones en cuanto al derecho a usar su idioma y otros derechos democráticos; y tienen un acceso desigual a los servicios del gobierno.

Además, otros 3.9 millones de palestinos que no son ciudadanos israelíes viven en la Margen Occidental y en la Franja de Gaza, bajo el gobierno de la Autoridad Palestina.

Los árabes israelíes constituyen el 20 por ciento de la población total de Israel que es actualmente de 7.1 millones. Sin embargo son propietarios de solo el 3 por ciento de la tierra. En Israel, aproximadamente el 25 por ciento de los niños en edad escolar son árabes. A pesar de una drástica caída en la tasa de natalidad, no pasará mucho tiempo antes de que un tercio de los ciudadanos de Israel sean árabes.  
 
Lucha contra trato de segunda clase
El rechazo de los árabes israelíes de aceptar una ciudadanía de segunda clase se refleja en la existencia de por lo menos una docena de centros, partidos políticos y organizaciones que están retando la discriminación anti-árabe. Algunos de estos grupos también cuentan con judíos israelíes.

Los residentes palestinos de Akbara, el único barrio árabe palestino en Safad, en el norte de Israel, ganó recientemente una victoria en su lucha, de varios años de duración, para obtener servicios del gobierno. Sus aldeas originales fueron destruidas durante la guerra de 1948 y ellos fueron trasladados a Akbara por orden militar israelí.

“Después de una larga lucha, Israel fue obligado a reconocer la aldea y a hacerla parte de Safad en 1982”, según Adalah, el centro legal por los derechos árabes. No obstante, la aldea aún no cuenta con muchos servicios. Es la única aldea en Safad que no está conectada al sistema de alcantarillado y en la que el agua sucia inunda las calles rutinariamente.

En enero, después de que los residentes de Akbara entablaron un juicio, el gobierno de Safad finalmente se comprometió a empalmar el sistema de alcantarillado en Akbara antes de julio.  
 
Prohibición contra libros árabes
A finales de enero, Adalah presentó una solicitud a la Corte Suprema israelí demandando que se permita que Kull Shay, el mayor proveedor de libros en idioma árabe en Israel, pueda importar libros publicados en Siria y Líbano.

El 80 por ciento de los libros en idioma árabe que se venden en Israel son publicados en Siria y Líbano, según Adalah. Entre ellos se encuentran traducciones de Harry Potter, Pinocho, Shakespeare y Gabriel García Márquez, así como escritores israelíes como Amos Oz, Yoram Kaniuk y Eshkol Nevo.

La petición de Adalah incluía cartas del director general de la Biblioteca Nacional de Israel, del director de la Biblioteca de la Universidad de Haifa y de los presidentes de las universidades Oranim Academic y Beit-Berl protestando la prohibición.

Entre las demandas de las organizaciones árabes israelíes está la demanda de que se revoque la “Ley de Retorno”, que otorga ciudadanía a los judíos del mundo que vayan a vivir a Israel; que se cambien las leyes básicas para que se declare que Israel es patria de judíos y árabes, y que se considere el idioma árabe a la par con la lengua hebrea.

Decenas de miles de árabes israelíes protestaron durante el ataque israelí a Gaza. Más de 700 fueron arrestados durante las manifestaciones. A muchos otros los llevaron a estaciones de la policía y les advirtieron que se “mantuvieran dentro de la ley”, según el noticiero de la BBC.

Ameer Makhoul, director ejecutivo de Ittijah (Unión de Asociaciones Basadas en las Comunidades árabes) que organizaron algunas de las protestas, fue uno de los que fueron detenidos para ser interrogado y fue acusado de apoyar a Hamas.

“No me pueden andar ordenando cómo debo comportarme”, dijo Makhoul a la BBC. “No soy un inmigrante. Yo no vine a Israel. Israel vino a donde estoy yo”.  
 
 
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