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Vol. 73/No. 15      20 de abril de 2009

 
Cuba: Crea interés en feria
del libro revista marxista
Panel discute ‘Nueva Internacional’ no. 8
(especial)
 
POR RÓGER CALERO
Y MARTÍN KOPPEL
 
LA HABANA—Los oradores en un evento celebrado el último día de la Feria Internacional del Libro de La Habana, el 22 de febrero, abordaron algunos de los temas principales del último número de Nueva Internacional, una revista de política y teoría marxista. La presentación, a la que asistieron 30 personas, fue una de cuatro presentaciones en la feria este año en las que se debatieron títulos publicados o distribuidos por la editorial Pathfinder.

Los panelistas eran Ramón Pichs, subdirector del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), con sede en La Habana; Adilén Roque, profesora del Centro Nacional de Capacitación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP); y Jonathan Silberman, organizador del centro de distribución de Pathfinder en Londres y dirigente de la Liga Comunista en el Reino Unido.

En un evento anterior de la feria se había debatido “Revolución, internacionalismo y socialismo: El último año de Malcolm X”, por Jack Barnes, artículo principal del número 8 de Nueva Internacional y del número 14 de New International, que distribuye Pathfinder (ver artículo en el Militante del 6 de abril).

Tanto Silberman como Pichs enfocaron sus comentarios en el artículo de Nueva Internacional, “El legado antiobrero de los Clinton: Raíces de la crisis financiera mundial de 2008”, por Barnes, secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores.  
 
Internacionalización de clase obrera
Al destacar algunos de los temas principales del artículo, Silberman habló sobre la crisis económica capitalista que hoy se desarrolla a nivel mundial. Señaló que gobiernos imperialistas desde el británico hasta el norteamericano están respondiendo a la crisis con medidas proteccionistas y antiinmigrantes con el fin de oponer a los trabajadores entre sí. Mencionó el llamado del gobierno del Partido Laborista en el Reino Unido a proteger los “empleos británicos para trabajadores británicos”, así como las huelgas reaccionarias organizadas por la cúpula sindical en el Reino Unido que se opusieron a la contratación de trabajadores nacidos en el extranjero en la construcción de varias centrales eléctricas en Gran Bretaña.

“La lucha para ganar a la mayoría de la clase trabajadora a la defensa de los intereses de todos los trabajadores, sin importar su país de origen”, dijo Silberman, “es una lucha por el alma de la clase trabajadora. Decidirá nuestro futuro”.

Añadió que la internacionalización de la clase trabajadora mediante la inmigración masiva hace más fácil, y no más difícil, romper estas divisiones a medida que los trabajadores de distintas nacionalidades trabajan hombro a hombro. Por ejemplo, “Soy el único obrero de origen británico en el taller de confección de ropa donde trabajo, en las afueras de Londres. Mis compañeros de trabajo son de Polonia, la República Checa, Eslovaquia, China, India, Pakistán e Irán”, observó Silberman, mientras algunos miembros del público respondieron con asombro.

“Las barreras empiezan a caerse cuando trabajamos juntos. Y han sido trabajadores polacos en Gran Bretaña los que han estado entre la vanguardia de la resistencia a los ataques de los patrones”.

La creciente crisis “obligará a la clase dominante en cada país a lanzar ataques cada vez más fuertes contra los salarios, las condiciones de trabajo y los derechos del pueblo trabajador”, dijo Silberman, “y a entrar en más conflictos militares en el extranjero”. Esto alimentará la resistencia obrera.

“Pero a menos que la clase trabajadora y sus aliados sean capaces de tomar el poder de manos de la clase dominante, no hay crisis de la cual los capitalistas no podrán salirse en última instancia, propinando golpes devastadores contra la clase trabajadora y destruyendo suficiente capital para abrir el camino a una nueva expansión”, dijo Silberman. Por eso el ejemplo vivo de los trabajadores y agricultores cubanos y de su trayectoria socialista revolucionaria es tan importante, concluyó.  
 
‘Crisis estructural capitalista’
Pichs destacó algunos de los puntos principales del artículo “El legado antiobrero de los Clinton: Raíces de la crisis financiera mundial de 2008” y le recomendó al público “la lectura de este y el resto de los artículos que forman parte de este número de Nueva Internacional no. 8. Estos intercambios para nosotros son de mucha utilidad por los mensajes y las reflexiones que contiene la revista”.

Pichs repasó la historia de la presidencia de Clinton, bajo la cual los gobernantes norteamericanos incrementaron su ofensiva contra el nivel de vida y los derechos del pueblo trabajador. Señaló el desmantelamiento de la asistencia social, los ataques a los inmigrantes, el mayor uso de la policía que llevó al aumento rápido de la población carcelaria y el recrudecimiento del embargo norteamericano contra Cuba con la ley Helms-Burton.

Resaltó muchos datos presentado en el artículo, señalando cómo la administración Clinton “manejó las estadísticas para ocultar una buena parte del desempleo y de la inflación, por ejemplo al no incluir a los llamados trabajadores desalentados”.

Pichs apuntó que la administración Clinton anuló la ley Glass-Steagall, lo que facilitó una masiva expansión de los derivados y las deudas. “Esta especulación creciente significó un incremento considerable de la vulnerabilidad del sector financiero”, acelerando e intensificando el desplome financiero que se desenvolvió el año pasado, dijo.

“Este fue el inicio, no de una crisis estrictamente financiera, sino una crisis mucho más amplia, una crisis estructural que afecta también áreas importantes en lo social, en lo ambiental, en lo referido a la energía y a la crisis alimentaria en el mundo … Y nadie conoce el alcance y la profundidad que finalmente vaya a tener”.

Es una crisis que “tiende a reforzar la brecha económica y social entre los países subdesarrollados y los países desarrollados”, explicó, y con consecuencias devastadoras para millones de personas en el mundo.  
 
Agricultores, medio ambiente
Adilén Roque se refirió al artículo de Nueva Internacional titulado “La custodia de la naturaleza también recae en la clase trabajadora: En defensa de la tierra y del trabajo”. Se enfocó en el papel que ha desempeñado la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños desde el triunfo de la Revolución Cubana al organizar y promover los intereses de los campesinos y proteger los recursos naturales del país.

Una de las primeras y más decisivas medidas que tomó la dirigencia de la revolución, implementadas por las movilizaciones masivas del pueblo trabajador, fue la ley de reforma agraria de 1959, seguida por la segunda ley de reforma agraria en 1963. Estas acciones “exterminaron definitivamente en los campos cubanos el latifundismo y la explotación”, dijo. En 1961 los campesinos organizaron la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, que hoy cuenta con 331 mil miembros.

Roque describió el trabajo de la ANAP para impulsar la diversificación de los cultivos, la conservación y otras medidas para contrarrestar la degradación del suelo y promover la reforestación.

Ella describió el programa de la ANAP para formar a “activistas fitosanitarios” en cada cooperativa agropecuaria, individuos “capacitados en el uso de los medios biológicos, lo que trajo consigo la disminución de la aplicación de grandes cantidades de plaguicidas químicos que contaminan el suelo y el agua y afectan la salud de los trabajadores y de los consumidores”.

En Cuba, dijo, aplicar tales técnicas “no significa retroceder”. Siempre cuando se puede, “usamos los nuevos logros de la ciencia y la tecnología”.

Este número de Nueva Internacional y de New International fue unos de los títulos más populares que trajo Pathfinder a la feria. Se vendieron y distribuyeron durante la feria y actividades relacionadas más de 340 ejemplares de Nueva Internacional no. 8 y de New International no. 14.  
 
 
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