Vol. 73/No. 33 31 de agosto de 2009
Pingtung, Taiwan, 16 de agosto, una semana después que azotó el tifón Morakot |
POR BRIAN WILLIAMS
Inundaciones y deslaves causados por el tifón Morakot azotaron Taiwán del 8 al 9 de agosto dejando unos 500 muertos y miles atrapados en los pueblos montañosos. Este es el ejemplo más reciente de cómo los desastres naturales dejan al descubierto las desigualdades sociales.
El tifón arrojó más de 80 pulgadas de lluvia en Taiwán ese fin de semana. Miembros de tribus indígenas taiwanesas, incluyendo los Rukai y Paiwan, que viven en zonas montañosas en el sur de la isla, fueron los más afectados por la tormenta. En Shiao Lin, los aludes de lodo enterraron unas 200 casas y la única escuela del pueblo, dijeron al Wall Street Journal los sobrevivientes. El presidente de Taiwán Ma Ying-jeou calcula que unos 380 murieron ahí, pero los residentes sobrevivientes dicen que los enterrados llegan por lo menos a 600.
El presidente Ma dijo que el tifón destruyó las viviendas de 7 mil personas y causó daños a cultivos y propiedades en la isla de más de 1.5 mil millones de dólares.
La ira de los residentes de la zona ha aumentado debido a la lentitud del gobierno en el manejo de las operaciones de rescate. En una visita a sobrevivientes alojados en una cancha de fútbol en Chishan el 12 de agosto, el presidente de Taiwán fue rodeado por residentes enojados que acusaron a su administración de actuar con demasiada lentitud para ayudar a los que aún están atrapados en las montañas cercanas, informó el New York Times. Ayúdenos, la gente se está muriendo, gritaban los aldeanos mientras sostenían pancartas escrita a mano que decían El gobierno no valora la vida humana.
Seis días después de que el tifón azotó la isla, funcionarios del gobierno dijeron que unas 2 mil personas aún estaban atrapadas en algunas regiones sin acceso a alimentos, agua, electricidad, transporte, o líneas telefónicas. Trabajadores iniciaron sus propias operaciones de rescate y más de 20 mil soldados se les han sumado a estas y a la limpieza, dijeron funcionarios del gobierno taiwanés al Washington Post. El gobierno dijo que desde el 14 de agosto se han rescatado unas 31 mil personas de los pueblos inundados por lodo y agua.
Durante varios días después de que el tifón arrazara la isla, el ministerio para asuntos exteriores taiwanés rechazó cualquier asistencia extranjera para las operaciones de rescate. El 13 de agosto el gabinete taiwanés cambió esa decisión. También pidió helicópteros de carga pesada para traer excavadoras mecánicas a las montañas, informó el New York Times.
Según el Taiwan News, el gobierno esperó cinco días y medio desde que golpeó el tifón para preparar una lista de necesidades, como medicamentos para contrarrestar enfermedades contagiosas y epidemias.
En China 1.4 millones de personas fueron evacuadas y 48 mil embarcaciones regresadas a los puertos de la provincia Fujian antes de llegar la tormenta.
El gobierno chino ha donado unos 19 millones de dólares a Taiwán para las operaciones de auxilio. Washington y Tokio están contribuyendo 250 mil y 103 mil dólares respectivamente, informó Agence France-Presse.
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