Vol. 73/No. 36 21 de septiembre de 2009
Manifestaciones callejeras de cientos de miles de personas sacudieron a Irán después de las elecciones presidenciales del 12 de junio. Los manifestantes habían apoyado al ex primer ministro Mir Hossein Mousavi, quien era visto como el candidato que favorecía más los derechos democráticos, incluso los de la mujer.
Cuando el gobierno anunció que el presidente actual Mahmoud Ahmadinejad había ganado las elecciones con un gran margen, los partidarios de Mousavi se lanzaron a las calles en muchas ciudades, declarando que había habido fraude.
El parlamento iraní informó que 30 personas habían muerto en las manifestaciones, pero las fuerzas de Mousavi dicen que el número de muertos llega a 69. Tanto voces liberales como importantes personalidades conservadoras, han criticado la forma en que se manejaron las protestas así como las revelaciones de que se torturaron y dieron golpizas mortales a los manifestantes detenidos.
Los principales dirigentes de las campañas presidenciales de Mousavi y Mehdi Karroubi, que también exigían más libertades, están siendo enjuiciados acusados de intentar derrocar al gobierno en una conspiración que contaba con el respaldo de los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel
El líder supremo Ali Khamenei, el principal clérigo shiita de Irán, quien apoyó la represión de las manifestaciones, intentó presentar un tono más conciliatorio en una asamblea con estudiantes en Teherán el 26 de agosto. No acuso a los dirigentes de los recientes incidentes de estar afiliados con países extranjeros, incluyendo Estados Unidos y Gran Bretaña, porque no me lo han comprobado, dijo.
Khamenei prometió a los estudiantes que se realizarán investigaciones de la redada de los dormitorios estudiantiles de la Universidad de Teherán que causaron la muerte de cuatro estudiantes y del abuso de los manifestantes que fueron detenidos y conducidos a la cárcel de Kahrizak, y que se castigarán a aquellos que sean encontrados culpables.
El presidente Ahmadinejad dijo dos días más tarde que nadie dentro de las fuerzas de seguridad de Irán era responsable de ninguna tortura o abusos realizados durante las protestas. Pidió que se arrestara a los principales agentes que incitaron las manifestaciones, refiriéndose claramente a Mousavi y a sus colaboradores más cercanos.
Khamenei nombró recientemente a Sadeq Larijani como jefe del poder judicial en Irán. Una de las primeras acciones de Larajini fue poner a Gholam-Hossein Mohseni-Ejei en el puesto de fiscal general. Ahmadinejad había despedido a Ejei de su puesto como ministro de inteligencia por desacuerdos que incluían como habían sido manejadas las manifestaciones que tuvieron lugar después de las elecciones.
Sin embargo, los juicios continúan.
Noruz, una página web de la oposición, informó el 31 de agosto que un número sin precedente de fuerzas de seguridad habían sido concentradas en la Universidad de Shiraz, uno de los primeros centros que han reabierto sus puertas. Shiraz está a unas 500 millas al sur de Teherán. Alrededor de 100 estudiantes fueron detenidos en Shiraz durante las manifestaciones posteriores a las elecciones.
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