Vol. 73/No. 40      19 de octubre de 2009

Unos mil estudiantes protestaron el 28 de septiembre en la Universidad de Teherán, forzando a que el presidente Mahmoud Ahmadinejad cancelara su visita para celebrar el nuevo año escolar. Corearon “muerte al dictador” y exigieron la libertad de los activistas políticos encarcelados.

El día anterior cientos de estudiantes protestaron contra la presentación de un miembro derechista del parlamento, Gholam Ali Hadad Adel, en la universidad. “¡Estás en contra del pueblo, traidor!”, le gritaron.

El gobierno arrestó a 18 dirigentes estudiantiles el 2 de octubre mientras platicaban en un parque. Según el New York Times, eran miembros de la Oficina para la Consolidación de la Unidad, una organización estudiantil que ha luchado por los derechos democráticos. El grupo emitió una declaración de denuncia contra los arrestos.

Mientras tanto, Mohamed El Baradei, director de la agencia de regulación nuclear de la ONU, anunció el 4 de octubre que Teherán ha aceptado permitir una inspección de una instalación de enriquecimiento de uranio que no había sido revelada anteriormente el 25 de octubre. Una reunión con representantes de los gobiernos de Irán, Estados Unidos, Francia y Rusia para discutir la compra de uranio enriquecido por parte de Irán a otras naciones ha sido fijada para el 19 de octubre.

Los representantes del gobierno iraní y de los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania se reunieron el 1 de octubre en Ginebra para discutir el programa nuclear de Irán. En la víspera de la reunión en Ginebra, al presidente estadounidense Barack Obama se le sumaron sus homólogos del Reino Unido, Francia y Alemania para amenazar imponer sanciones adicionales si Irán no cesa el enriquecimiento de uranio. El enriquecimiento es uno de los pasos en el proceso nuclear necesario para producir combustible para la generación de energía, pero también puede ser utilizado para fabricar un arma. Moscú había apoyado tácitamente la idea de más sanciones.

El mismo día de la reunión de Ginebra, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una medida que prohíbe que el Departamento de Energía extienda contratos a compañías extranjeras para la entrega de crudo para la Reserva Estratégica de Estados Unidos si dichas corporaciones venden o transportan gasolina a Irán, el cual no cuenta con la capacidad de refinar suficiente petróleo para abastecer la demanda doméstica de gasolina. Irán importa hasta un 40 por ciento de su gasolina.

Entretanto, el Departamento del Tesoro ha incrementado la aplicación de sanciones ya existentes. “La Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro, la agencia que encabeza la aplicación de las medidas, ha reforzado sus equipos de investigación y aplicación, dicen los funcionarios”, informó el Wall Street Journal el 2 de octubre. Entre los objetivos se encuentran “subsidiarias extranjeras, distribuidores o clientes que incorrectamente están revendiendo mercancías hacia Irán”.

El Departamento del Tesoro anunció el 1 de octubre que había multado con 3 millones de dólares a una compañía de servicios financieros por violar las restricciones comerciales con Irán.

El principal oponente del gobierno iraní, el ex candidato presidencial Mir Hossein Mousavi, está en contra de la imposición de nuevas sanciones contra Irán. Después de categorizar a las políticas del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad como “incorrectas y aventureras”, ha argumentado que las “sanciones no afectarían al gobierno sino que impondrían muchas dificultades sobre el pueblo, quien ya sufre suficiente como resultado de la calamidad de sus gobernantes dementes”.  
 
Enriquecimiento de uranio
Hasta ahora el gobierno iraní ha insistido en su derecho de llevar a cabo todo el proceso de enriquecimiento de uranio en territorio iraní. Una propuesta hecha hace varios años de enriquecer uranio en Rusia no recibió ninguna respuesta positiva del gobierno iraní. A la vez, durante una visita a Nueva York para hablar en la ONU, Ahmadinejad emitió una solicitud de que se relajen las sanciones sobre la compra de uranio enriquecido de bajo grado por parte de Irán para abastecer su reactor de investigación.

En la reunión del 1 de octubre, según funcionarios estadounidenses y europeos, Teherán aceptó en principio mandar la mayoría de su uranio a Rusia para que sea procesado y a Francia para formación en montajes de combustible para ser usados para propósitos médicos.

A fines del 2 de octubre, sin embargo, el jefe de negociaciones iraní Sabed Jalili realizó una rueda de prensa en Irán para negar que se hicieron tales acuerdos en las discusiones en Ginebra, informó la Agencia Noticiera Estudiantil Iraní. Dijo que los negociadores iraníes habían comunicado su pedido de comprar uranio enriquecido pero que “no hubo ninguna discusión sobre la suspensión de enriquecimiento por parte de Irán”.
 
 
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