Vol. 73/No. 42 2 de noviembre de 2009
Los blancos de la Ley Patriota no son principalmente extranjeros o terroristas, sino la clase obrera. Al profundizarse la depresión económica mundial, los patrones y su gobierno usarán leyes como esa para enfrentar la resistencia obrera en las batallas de clase que se avecinan para luchar por nuestro nivel de vida, condiciones de trabajo y en contra de las guerras imperialistas. Con el pretexto de luchar contra el terrorismo, usarán cada vez más la intercepción de llamadas telefónicas y la vigilancia doméstica para espiar a los luchadores de la clase obrera. Utilizarán todo lo que puedan, incluso evidencia secreta, para atacarnos en los tribunales capitalistas.
Desde que tomó posesión de su puesto Obama ha extendido los ataques contra los derechos democráticos que llevó a cabo la administración de Bush. Esto incluye continuar los llamados traslados el envío de personas bajo sospecha de terrorismo a otros países para que sean detenidos e interrogados y la detención indefinida de muchos de los presos en el campamento en la base norteamericana en Guantánamo, Cuba. Obama también ha establecido un programa para reclutar y entrenar espías en los recintos universitarios.
Las bases de una gran parte de esta política fueron sentadas durante la administración de Clinton. La Ley de Antierrorismo y Pena de Muerte Eficaz de 1996 permitía a la policía de inmigración encarcelar a inmigrantes usando evidencia secreta y amplió los poderes del gobierno para usar vigilancia telefónica y detención preventiva de acusados sin derecho a fianza.
¡Deroguen la Ley Patriota y cesen todo espionaje, intercepción de llamadas telefónicas y hostigamiento gubernamental!
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