Vol. 73/No. 47 7 de diciembre de 2009
Se logró poco en cuanto a cuestiones políticas importantes como la campaña de Washington contra Corea del Norte e Irán y las crecientes tensiones comerciales. En Corea del Sur, la última parada de Obama, obtuvo el respaldo más fuerte para aumentar la presión sobre Corea del Norte con respecto a su programa nuclear. Se comprometió allí a romper con el modelo que ha existido en el pasado de negociaciones que no obtienen progreso en cuestiones fundamentales.
Una semana antes el gobierno de Estados Unidos había anunciado que mandaría el 8 de diciembre al enviado de Washington Stephen Bosworth a Pyongyang, la capital de Corea del Norte, para instar al gobierno de este país a que reanude las negociaciones sobre el desarme con Estados Unidos, China, Japón, Rusia y Corea del Sur.
Sin embargo, a diferencia de cómo ha sido con las dos administraciones norteamericanas anteriores, cualquier acuerdo de Corea del Norte a reanudar conversaciones no será correspondido con ayuda alimenticia, dijo al Washington Post un alto funcionario del gobierno que está viajando con Obama.
Se espera que la crisis alimenticia del país empeore. A principios de este año Washington suspendió 500 mil toneladas de ayuda alimenticia que habían sido prometidas bajo la administración de George W. Bush.
En una declaración conjunta entre Japón y Estados Unidos emitida durante la gira, Obama y el primer ministro japonés Yukio Hatoyama instaron a Pyongyang a retornar a las negociaciones sin condiciones previas.
El presidente chino, Hu Jintao tomó una postura más moderada, expresando su apoyo para continuar las negociaciones para profundizar el proceso de desnuclearización de la península de Corea. Está aún por verse cual será la respuesta de Beijing al plan de Washington de usar la amenaza del hambre contra Pyongyang para que se rinda.
Pero en agosto, el gobierno chino dió un paso que ha hecho más dificil poder determinar su comercio con Corea del Norte. De repente, Beijing dejó de publicar las cifras de su comercio con Corea del Norte, que recibe cerca de un cuarto de millón de toneladas de alimentos al año procedentes de China a precios preferenciales.
Sólo Tokio expresó algún, aunque leve, apoyo a la campaña de Washington para imponer sanciones contra Irán. Tenemos que apoyar, nos gustaría apoyar el enfoque hacia Irán. Por un lado, queremos hacer hincapié en nuestra relación histórica, pero también, al mismo tiempo, me comprometo a fortalecer nuestra alianza con respecto a Irán, dijo el primer ministro japonés Yukio Hatoyama.
Lo que llamó más la atención de la ala japonesa de la gira fue el tono más firme del recién elegido gobierno del Partido Democrático de Japón, y su deseo de establecer lo que llama una relación con más igualdad con Washington.
La cuestión más polémica ha sido la posición de Hatoyama de que más de 30 mil tropas norteamericanas deben abandonar la isla japonesa de Okinawa, y posiblemente salir del país. En 2006 Tokio y Washington firmaron un acuerdo para reubicar las fuerzas norteamericanas de la Base Aérea de Futenma, ubicada en una zona urbana densamente poblada, a una nueva base en una zona costera rural de la isla que se terminaría de construir en 2014.
El mes pasado el secretario de defensa de Estados Unidos Robert Gates, dijo que Washington se va a rehusar a modificar el pacto de 2006. Dijo que si Tokio se retracta de su acuerdo de reubicar a la costa las tropas norteamericanas en Okinawa, entonces las 8 mil tropas que se iban a reasignar a Guam permanecerán en Futenma y no se retornará ningún territorio a Japón.
Durante la conferencia de prensa del 13 de noviembre, Obama y Hatoyama anunciaron la creación de un grupo de trabajo para resolver el problema. Su objetivo, según Obama, será el de concentrarse en implementar el acuerdo que ambos lados firmaron en 2006.
Tres días más tarde Hatoyama le dijo a los periodistas en Tokio que su gobierno no comparte esa opinión. Si nuestra revisión está meramente dirigida a tomar la decisión de confirmar el acuerdo, carecería de sentido, dijo.
Las tensiones comerciales entre Washington y los países de Asia fueron un tema importante en todos los sitios que visitó Obama. Aunque Obama dijo que estaba por mantener abiertos los mercados, instó a sus competidores asiáticos a depender menos de la exportación a los mercados de Estados Unidos.
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