Vol. 73/No. 50 28 de diciembre de 2009
Más de 400 agentes de ICE, alguaciles federales y policías locales participaron en la redada de tres días de duración en California. ICE dijo que más del 80 por ciento de los arrestados tenían antecedentes penales por crímenes serios o violentos pero no divulgaron la lista de los detenidos ni informaron de qué fueron acusados. Tampoco divulgó información sobre el otro 20 por ciento de los detenidos.
Por lo menos 17 de los arrestados en la redada han sido acusados de entrada ilegal a Estados Unidos después de haber sido deportados, un delito mayor que conlleva una pena de hasta 20 años de prisión.
El jefe de ICE, John Morton, alegó que estas no son personas que queremos que anden caminando por nuestras calles. La mayoría de los detenidos son de México y Centroamérica.
La administración de Barack Obama ha aumentado la aplicación de las leyes de inmigración a la misma vez que minimiza el uso de redadas de fábricas muy publicitadas que con frecuencia han sido respondidas con protestas. Muchos trabajadores detestan como la migra ha hecho redadas en las fábricas y no ven el trabajar sin papeles como un crimen. Bajo la excusa de arrestar a supuestos criminales, ICE espera minar la oposición a las deportaciones.
En una audiencia del comité judicial del Senado el 9 de diciembre, la Secretaria de Seguridad del Suelo Nativo Janet Napolitano se jactó de los 387 mil trabajadores indocumentados deportados en lo que va del año. Unos 359 mil fueron deportados en 2008.
El mayor crecimiento viene de la deportación de trabajadores indocumentados después de cumplir sus sentencias de cárcel o después de ser acusados de delitos criminales: 136 mil en 2009, un alza de los 97 mil deportados en 2008. Hasta el 2006, muchos trabajadores indocumentados en prisiones federales eran soltados después de servir su condena. Actualmente casi todos son deportados automáticamente al cumplir sus sentencias.
Napolitano también dijo que el sistema E-Verify, un programa que le permite a los patrones verificar a través del Internet el estatus de inmigración y de autorización para trabajar de sus empleados, está expandiéndose rápidamente. Más de 175 mil compañías en 600 mil sitios de empleo ya usan el sistema y miles más continúan sumándose cada semana.
El aumento en los ataques del gobierno contra los trabajadores indocumentados alienta a los grupos anti-inmigrantes.
El ultraderechista Patrick Buchanan quiere que Washington haga todavía más. En una columna del 8 de diciembre titulada ¿Para qué importar trabajadores ahora?, Buchanan culpa a los inmigrantes por el alto nivel de desempleo en Estados Unidos. Insta al Congreso a que imponga una moratoria a la inmigración legal y a la administración de Obama a que reanude las redadas de fábricas.
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