Vol. 74/No. 4 1 de febrero de 2010
Con el título de Actuando con nuestras conciencias: Una declaración de apoyo afroamericano hacia la lucha por los derechos civiles en Cuba, la declaración con fecha del 30 de noviembre fue firmada por un grupo de 60 académicos, artistas y profesionales, entre otros. Entre los firmantes se encontraban la actriz Ruby Dee Davis, el catedrático Cornel West y el reverendo Jeremiah Wright. El Miami Herald publicó un artículo de primera plana sobre la declaración el 2 de diciembre. Fue publicada junto a una columna de opinión por Carlos Moore, un opositor de la Revolución Cubana desde hace mucho tiempo, a quien se le da crédito por haber dado inicio a la declaración.
La declaración alega que el gobierno cubano está llevando a cabo un injustificado y brutal acoso de los ciudadanos negros en Cuba que defienden sus derechos civiles. Cita un llamado hecho en octubre por el catedrático brasileño, Abdias Nascimento, en el que pide la excarcelación de Darsi Ferrer, otro opositor de la Revolución Cubana que ha estado encarcelado desde el pasado julio.
Ferrer, un médico afrocubano, operaba el llamado Centro para la Salud y Derechos Humanos, para poner fin al jactancioso mito sobre los éxitos del gobierno en el campo de la salud, según lo explica en una carta escrita en 2006 por Ferrer a Marc Masferrer, un conocido derechista opositor de la Revolución Cubana. Masferrer cita a Ferrer diciendo, Llamo a todos los cubanos a que entierren este régimen.
Ferrer ha sido promovido durante años por grupos de derechistas cubanos en el exilio que son en gran medida financiados por Washington, según un artículo de Claude Betancourt en la página web AfroCubaWeb. Ferrer se jacta de que la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, le permite trabajar en sus oficinas regularmente y utiliza sus servicios de Internet.
Hasta recientemente, ni Ferrer ni sus partidarios han intentado presentarlo como un dirigente por los derechos civiles.
Carlos Moore es un escritor afrocubano que se hizo oponente de la revolución. Se fue de Cuba en 1963. Su libro Castro, los negros y Africa, publicado en 1988 gracias a una subvención de la Fundación Ford, alegaba que la Revolución Cubana de 1959 fue en lo fundamental una victoria del segmento antiimperialista de la clase media blanca cubana.
Su último libro, Pichón, es un intento de darse a sí mismo una imagen de izquierda como un revolucionario que tiene críticas sobre la situación de los negros en Cuba. Contiene fotografías de Moore con Malcolm X, con el luchador por los derechos de los negros en Estados Unidos Robert F. Williams, e incluso con Fidel Castro. En los reconocimientos al principio del libro, Moore sugiere que Malcolm X había sido un firme partidario de sus puntos de vista, uno de los que me defendieron, que estuvieron a mi lado cuando no era popular hacerlo. Moore, sin embargo, no cita ni una sola declaración de Malcolm X dando apoyo a sus actividades contra Cuba. Hasta el momento de su muerte, Malcolm fue un franco partidario de la Revolución Cubana y un adversario de los que alegaban que la revolución había acabado con la democracia.
Hay dos peticiones que están circulando en la Internet para contrarrestar las afirmaciones de Moore y otros que se han alineado a la campaña imperialista contra Cuba. Una es En solidaridad con el auténtico movimiento antiracista en Cuba, que puede encontrarse en www.petitiononline.com/racecuba/petition.html; y la otra es Declaración de activistas, intelectuales y artistas afroamericanos en continua solidaridad con la Revolución Cubana, que puede encontrarse en www.petitiononline.com/RaceCuba/petition.html.
Récord de la Revolución Cubana
El verdadero récord de la Revolución Cubana es un ejemplo de cómo el racismo y todas las formas de explotación y opresión pueden ser confrontadas cuando la clase trabajadora usa la herramienta del poder del estado.
La historia de Cuba antes de la revolución se caracterizó por el legado de la dominación imperialista. Fue uno de los últimos países que abolió la esclavitud, que existió en la isla hasta 1886. El gobierno de Fulgencio Batista, respaldado por Washington, mantuvo un sistema de tipo Jim Crow de segregación racial, hasta su caída.
En enero de 1959, el pueblo trabajador en Cuba, derrocó la dictadura de Batista y estableció un gobierno revolucionario. Muchos negros en Cuba un país donde actualmente la mayoría son de ascendencia africana fueron destacados dirigentes de la revolución, y los negros abrumadoramente apoyaron el derrocamiento del capitalismo y la toma del poder por la clase trabajadora.
La revolución comenzó inmediatamente a combatir el racismo prohibiendo la discriminación y la segregación. Las diferencias basadas en la raza fueron eliminadas de la constitución. Y más importante, el gobierno revolucionario buscó la rápida implementación y puesta en práctica de la ley a través de milicias obreras y campesinas.
El récord del gobierno revolucionario cubano de combatir al racismo también se ilustra por su misión internacionalista a Angola en donde 375 mil soldados voluntarios ayudaron a derrotar a las fuerzas invasoras sudafricanas del apartheid entre 1975 y 1991. La derrota de la invasión propinó golpes decisivos al régimen racista de Sudáfrica, que se derrumbó ante las protestas masivas en los próximos años, que culminaron con la elección de Nelson Mandela como presidente en 1994. En un discurso en Cuba en julio de 1991, Mandela describió la victoria de Cuba sobre el ejército sudafricano como ¡un punto álgido en la lucha por librar al continente y a nuestro país del azote del apartheid!
Al eliminar la fuente del racismo institucionalizado el capitalismo la revolución abrió las puertas a los logros sin precedentes por los negros y a su integración más plena en todos los aspectos de la sociedad cubana, aunque persistan muchos prejuicios profundamente arraigados.
No podemos dejar al azar la corrección de las injusticias históricas, dijo Fidel Castro al Tercer Congreso del Partido Comunista de Cuba en 1986. Tiene que ser la labor del partido; tenemos que enderezar lo que ha torcido la historia.
La decisión del Partido Comunista de Cuba en 2007 de establecer una comisión para conmemorar al Partido Independiente de Color en Cuba, un capítulo de la historia cubana en la lucha contra el racismo que fue ahogada en sangre en 1912, es un ejemplo de cómo la dirección revolucionaria continúa fomentando la discusión sobre cómo confrontar el desafío de combatir el legado del racismo actualmente.
Los últimos ataques a Cuba de racismo aparecen en un contexto de una depresión económica mundial que agrava las desigualdades y presenta grandes desafíos a la dirección de la Revolución Cubana. El récord de la revolución por más de 50 años ha sido y continúa siendo el de encarar estos desafíos.
En una reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba, el presidente Raúl Castro reafirmó el compromiso del gobierno a erradicar el legado del racismo. Personalmente considero que es una vergüenza el insuficiente avance en esta materia, dijo Castro. Ejerceré toda mi influencia para que estos nocivos prejuicios sigan cediendo espacio hasta ser finalmente suprimidos y se promuevan a cargos de dirección a todos los niveles, por sus méritos y preparación profesional, a las mujeres y los negros.
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