Vol. 74/No. 10 15 de marzo de 2010
Hacen falta medidas brutales para abordar los peligros inmediatos hoy día, dijo el primer ministro George Papandreou ante el parlamento griego el 26 de febrero.
A comienzos de febrero Papandreou había anunciado recortes de salarios para los trabajadores estatales, la tercera parte de la fuerza laboral; un aumento de dos años en la edad de jubilación, a 63 años; y fuertes alzas de impuestos que golpearán sobre todo a los trabajadores y pequeños agricultores.
El gobierno dijo que urgen las medidas para obtener préstamos y vender bonos a fin de pagar 75 mil millones de dólares en deudas que comienzan a vencer en marzo.
Dos días antes de su discurso, más de 20 mil personas marcharon en Atenas durante un paro de un día contra los planes de austeridad. Fue convocado por las tres centrales sindicales más importantes, entre ellas dos con estrechos vínculos al Movimiento Panhelénico Socialista de Papandreou.
En la marcha había pequeños contingentes de distintos centros de trabajo, muchos con sus propias reivindicaciones. Los trabajadores de periódicos exigieron la reincorporación de compañeros despedidos y trabajadores cesanteados de la aerolínea Olympic cuyos subsidios de desempleo están por vencerse.
Sin embargo, los funcionarios sindicales no cuestionaron la aseveración del gobierno de que es necesario reducir el déficit presupuestario, ni plantearon un programa para unir al pueblo trabajador frente a la crisis económica capitalista.
Más bien, Yiannis Panagopoulos, presidente de la Confederación General de Trabajadores Griegos, dijo, Nuestro problema es que los sacrificios que se proponen no son equitativos, recaen sobre los trabajadores, y deberían ser compartidos de manera uniforme.
La crisis ha acentuado las tensiones entre las burguesías rivales en Alemania y Grecia.
En un editorial, el diario alemán Bild dijo que los griegos son orgullosos, estafadores y despilfarradores y deben ser botados de la zona euro. El periódico se refería a versiones de que gobiernos griegos anteriores habían subvalorado su verdadero endeudamiento para ser aceptados en la Unión Europea y la zona euro, países que cambiaron su moneda nacional por el euro.
El viceprimer ministro Theodoros Pangalos acusó al gobierno alemán de compartir la culpa porque había arruinado la economía griega y masacrado a miles de personas durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial. Se llevaron el oro que estaba en el Banco de Grecia, se llevaron dinero griego y nunca lo devolvieron, dijo.
El gobierno griego tiene una deuda de 43.2 mil millones de dólares en préstamos a bancos alemanes, y 75.5 mil millones a bancos franceses.
Natasha Terlexis y Georges Mehrabian en Atenas contribuyeron a este artículo.
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