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Vol. 74/No. 13      5 de abril de 2010

 
Obreros sospechosos
del censo en EE.UU.
(portada)
 
POR BRIAN WILLIAMS  
A partir del 1 de abril, empleados de la Oficina del Censo de Estados Unidos irán de puerta en puerta exigiendo que se completen los formularios que le proveerían al gobierno con información sobre cada persona que reside en el país.

El gobierno está contratando 1.2 millones de trabajadores temporales, pagándoles 20 dólares la hora, para realizar esta tarea durante los próximos meses, dos veces más que el número contratado para el censo de 2000.

Las autoridades nacionales esperan que la contratación reducirá un poco la tasa oficial de desempleo, que hoy alcanza 9.7 por ciento, o sea unos 14.9 millones de trabajadores. Con una tasa de desempleo más alta que la existente durante el censo anterior, “el impacto en la tasa de desempleo creado por los grandes cambios en el empleo temporal para el censo del 2010 podría ser más evidente en el 2010”, señaló el Departamento de Comercio.

A mediados de marzo se enviaron por correo los formularios a 120 millones de hogares. Cada sobre llevó el aviso: “La Ley Exige que Responda”. Empleados del censo intentarán contactar a todas las personas que no devuelvan el formulario. El gobierno ha amenazado con imponer multas de 100 dólares a los que no llenen el formulario. Si escribe información que el gobierno considera que es incorrecta podría recibir una multa de 500 dólares.

Dado la creciente intromisión gubernamental en los derechos a la privacidad, un número cada vez mayor de trabajadores, entre ellos los trabajadores inmigrantes y los sin documentos aprobados por el gobierno para trabajar, evitan llenar los formularios del censo.

En febrero el presidente Barak Obama y el Congreso estadounidense renovaron la Ley Patriota la cual extendió enormemente los poderes del FBI y otras agencias de inteligencia para realizar operaciones de espionaje y de infiltración, allanamientos y confiscaciones, y para encarcelar por tiempo indefinido a inmigrantes sin ningúnos cargos.

Reconociendo que trabajadores miran con recelo a los empleados del censo colectando información para el gobierno, la administración de Obama envió una carta al Congreso declarando que su “posición legal” es que no se pueden revelar los datos del censo bajo la Ley Patriota.

El 16 de marzo, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg hizo campaña sobre el tema en un acto promoviendo el censo en la secundaria Flushing International High School. “Si un familiar está preocupado por los datos migratorios, dile que no se preocupe”, dijo, “llenar el formulario no va a causarle problemas a nadie”. En secciones de Queens, Nueva York, donde viven inmigrantes de muchas naciones, menos del 40 por ciento participaron en el censo de 2000.

Políticos del Partido Demócrata están realizando una campaña fuerte instando a que se completen los formularios del censo. En un artículo sobre una rueda de prensa dada por la senadora Kirsten Gillibrand, y la secretaria de estado de Nueva York, Lorraine Cortés-Vásquez, el Daily News alegó que “la ciudad perdió cientos de millones de dólares de ayuda federal y estatal durante la década pasada porque apenas el 55 por ciento de los habitantes de Nueva York devolvieron los formularios del Censo de 2000”.

“Las personas invisibles no cuentan en este país”, dijo Cortés-Vázquez. “Las personas invisibles no tienen voz”.

Los liberales en particular argumentan que “hacerse contar” ayuda a garantizar que los funcionarios electos “buenos” permanezcan en sus puestos, ya que los datos del censo son utilizados para redefinir los distritos electorales.  
 
Gobierno no tiene plan para empleos
Aunque haya puesto a los empleados del censo en las planillas del gobierno por unos cuantos meses, la administración de Obama no ha ofrecido ningún programa serio para crear empleos para los millones de desempleados, 40 por ciento de los cuales han estado sin trabajo por más de seis meses.

Más bien, la recién aprobada “ley de empleo” que el presidente firmó el 18 de marzo, está dirigida a rebajar los impuestos de las empresas. Las compañías que contraten a un trabajador que ha estado sin empleo durante por lo menos 60 días estarán exentos del impuesto de 6.2 por ciento del Seguro Social. Los trabajadores, por supuesto, tendrán que pagar su parte de este impuesto. Los empleadores recibirán un crédito adicional de mil dólares por cada nuevo trabajador que tenga el puesto por un año. La ley también permite que empresas pequeñas descuenten hasta 250 mil dólares de sus inversiones de capital fijo durante el 2010.

La administración Obama está buscando como otorgar créditos mayores para las empresas. Según el New York Times, se están preparando proyectos de ley “que otorgarían más de 30 mil millones de dólares en reducciones de impuestos para las empresas pequeñas”.

Mientras el gobierno federal está agregando empleados temporales, los gobiernos estatales y locales están despidiendo a más trabajadores.

Los trabajadores negros enfrentan las tasas de desempleo más altas, sobre todo desde el inicio de la depresión. Según un reciente informe del Comité Conjunto Sobre la Economía del Congreso, “uno de cada cuatro afroamericanos está desempleado o subempleado” y ellos enfrentan “lapsos de desempleo más largos que la población general”.

La tasa oficial de desempleo para los negros fue 15.8 por ciento en febrero —19 por ciento para hombres negros— más de 6 puntos de porcentaje encima de la tasa general de desempleo. Más del 40 por ciento de adolescentes afroamericanos están desempleados, mientras la tasa de desempleo de los adolescentes en general es 25 por ciento.  
 
 
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