Vol. 74/No. 14 12 de abril de 2010
A pesar de que hablan de una recuperación económica y de los programas del gobierno para modificar los términos de préstamos, se espera que habrá una ola de ejecuciones hipotecarias en los próximos años que podría eclipsar la ola de moras hipotecarias de 2008.
Un artículo en el Washington Post del 12 de marzo advirtió que hasta 7 millones de propietarios de viviendas están seriamente atrasados en sus pagos, pero hasta ahora no se les han embargado y sus viviendas no han sido reposeídas.
Los bancos están esperando antes de tomar tales medidas por que temen que poner a la venta un número masivo de residencias deprimiría aún más el mercado de viviendas y afectaría sus ganancias. El 24 de marzo el Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció que la venta de nuevas viviendas cayó a su nivel más bajo desde que se comenzaron a mantener registros.
Debido a la caída de los precios de la vivienda durante los últimos años, unos 11.3 millones de personas el 25 por ciento de los hipotecados en Estados Unidosdeben más que lo que valen sus casas. Según RealtyTrac, se espera que el número de ejecuciones hipotecarias de estas casas ahogadas subirá de 2.8 millones en 2009 a 4.5 millones este año.
Promesas ostentosas
Muchos consideran que ha fracasado el plan anterior de la administración de Barak Obama para ganar tiempo para personas que tienen dificultades en cumplir con los pagos de sus hipotecas.
El 26 de marzo, la Casa Blanca anunció un nuevo plan. Pero, en una muestra de la amplia desconfianza entre la clase dominante, el artículo del New York Times que reportaba los detalles del plan comienza con una pregunta: ¿Funcionará esta vez?
El primer componente del plan invitaría a las empresas hipotecarias a que reduzcan hasta por seis meses los pagos mensuales de trabajadores desempleados, mientras buscan un nuevo empleo.
Después de seis meses, ya sea si obtienen o no un nuevo empleo, los pagos subirán de nuevo y los propietarios tendrán que pagar lo que el Times calificó como el dinero perdido durante los meses anteriores.
También se pedirá a los bancos y a otros prestamistas a que consideren descontar una porción del préstamo, sobre todo para prestatarios que se están ahogando.
El Times señaló que ninguno de estos programas tienen la fuerza de la ley.
En contraste a la anterior burbuja de los llamados préstamos de alto riesgo, hoy la mayoría de los prestatarios en dificultades, en las palabras del Washington Post, son personas que tienen mejor crédito y préstamos más seguros y que están atrasados en sus pagos porque perdieron sus empleos o tienen otras reveses económicas.
Por lo menos el 90 por ciento de todas las hipotecas residenciales en Estados Unidos están ahora aseguradas o fueron vendidas directamente por las empresas Fannie Mae y Freddie Mac, y la Administración Federal de Vivienda.
En septiembre de 2008 el gobierno tomó control de Fannie Mae y la Freddie Mac, empresas gigantes del comercio de hipotecas, como parte de esfuerzos para prevenir que la crisis financiera se saliera fuera de control. El Departamento del Tesoro dio a las dos empresas 175 mil millones de dólares de ayuda y compró 1.25 billones de dólares de valores respaldados por sus hipotecas.
Desde el punto de vista práctico, el gobierno ha nacionalizado Fannie Mae y Freddie Mac, y las está utilizando para reforzar el mercado capitalista de la vivienda y para garantizar las ganancias de los grandes bancos.
Al mismo tiempo que grandes números de trabajadores enfrentan desempleo a largo plazo, el gobierno está aprovechando su control de las dos empresas en un intento para recrear la burbuja inmobiliaria.
Artículos relacionados:
Reforma de salud beneficia aseguradoras
Obreros enfrentan mala atención, multas
Portada (este número) |
Página inicial |
Página inicial en versión de texto