Vol. 74/No. 19 17 de mayo de 2010
El programa de trabajadores huéspedes expone lo que está detrás de la política migratoria de ambos partidos, los Demócratas y los Republicanos: garantizar la existencia de una capa de trabajadores súperexplotados para estimular las ganancias de los capitalistas.
El proyecto para traer inmigrantes como trabajadores temporarios mejor conocido fue el programa Bracero establecido por los gobiernos de Estados Unidos y México y que estuvo en vigor de 1942 a 1964. En su apogeo más de 400 mil trabajadores mexicanos al año cosechaban productos alimenticios y algodón en Estados Unidos.
Los trabajadores mexicanos a menudo eran alojados en viviendas que estaban en condiciones terribles y muchos trabajaban 12 horas al día o más. Aquellos que recibían cuidado médico frecuentemente eran atendidos por veterinarios en vez de médicos.
Bajo el acuerdo 10 por ciento del salario de los trabajadores era deducido, supuestamente para ser depositado en un banco para que recibieran pensiones al retornar a México. Pero nunca se los pagaron. En 2005 el gobierno mexicano acordó pagar 3 800 dólares a cada ex bracero, o a sus descendientes, si podían comprobar que trabajaron en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Unas vez que se acabó el programa bracero, los capitalistas continuaron reclutando a trabajadores temporarios de muchos países bajo el programa de visas H-2.
Trabajadores con visas H-2 tienen escasos más derechos que los trabajadores indocumentados. Las visas pueden ser renovadas por un máximo de tres años, pero dependen de un empleador específico. Si los trabajadores son despedidos, cesanteados, renuncian o salen en huelga su visa es revocada y pueden ser deportados.
Los patrones usan el procesamiento de las visas para crear una lista de quienes ellos consideran alborotadores. Entre las razones por las que los patrones han colocado a trabajadores en un informe de inelegibles para reempleo se encuentran atrasar a otros trabajadores, ser perezoso, y abandonar un trabajo por tener una muerte en la familia.
En 2006, 500 obreros metalúrgicos de India empezaron a reparar plataformas petroleras para la compañía Signal International en Louisiana después del huracán Katrina bajo el programa H-2. Cuando se quejaron de haber sido engañados sobre las condiciones de trabajo y las oportunidades de poder recibir residencia permanente en Estados Unidos, la compañía los amenazó con despedirlos y deportarlos.
Signal International le pidió consejo a la agencia de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) sobre como despedir a los llorones crónicos. El presidente de la Signal Ronald Schnoor dijo este año en su testimonio en respuesta a una demanda federal entablada por los trabajadores en 2008 que un agente del ICE le dijo: Sácalos a todos de la línea cuando vayan a trabajar; agarra sus pertenencias. Móntalos en una furgoneta, agarra sus boletos y los llevas al aeropuerto y los envías de regreso a India.
El 9 de marzo de 2007, Signal trató de implementar las sugerencias de ICE y puso a varios trabajadores en una furgoneta, pero partidarios de los derechos de los inmigrantes se dieron cuenta de lo que estaban haciendo y bloquearon las puertas de los astilleros. El caso aún se encuentra ante un tribunal.
Las propuestas de reforma migratoria desde la Schumer-Graham hasta el proyecto de ley propuesto por el congresista Luis Gutiérrez, incluyen programas de trabajadores huéspedes que garantizarían una reserva de trabajadores súperexplotados para las compañías norteamericanas.
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