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Vol. 74/No. 45      29 de noviembre de 2010

 
La evitable cólera se
extiende en Haití
(portada)
 
POR ROLLANDE GIRARD  
MIAMI—El número de muertos debido a la epidemia de cólera en Haití superó mil personas el 14 de noviembre y sigue creciendo.

Según el ministro de salud del país más de 16 mil personas han sido hospitalizadas. Funcionarios de salud de la ONU dicen que la epidemia durará años y que 270 mil personas podrían contraer la enfermedad.

Explotaron protestas en varios lugares el 15 y 16 de noviembre exigiendo que se marchara del país la fuerza militar de la ONU y condenaban al gobierno haitiano por su respuesta miserable a la crisis social. Muchas personas culpan a las tropas de la ONU oriundas de Nepal por haber introducido el cólera por su práctica de echar aguas negras al río Artibonite que provee agua potable a los que viven en el valle donde brotó inicialmente la enfermedad. Aunque los representantes de la ONU niegan cualquier vinculo, hay reportes que la cepa de cólera es la misma que una que se encuentra en el Sur de Asia.

Algunas de las protestas tuvieron lugar en o cerca de Cap-Haitien en la costa norte. Las tropas de la ONU mataron a por lo menos dos jóvenes, informó un oficial local al servicio noticiero AFP.

El cólera no había existido en Haití desde hace por lo menos 50 años. Sin embargo, las condiciones infrahumanas en que viven millones de personas se han empeorado tras el terremoto del 12 de enero que dejó más de 200 mil muertos. Más de un millón permanecen sin techo.

El cólera puede mantenerse en un estado latente por varios días y causar la muerte en unas cuantas de horas, pero es fácil de eliminar mediante el uso de métodos de higiene modernos. Más aún, es fácil de tratar cuidando la hidratación y en casos extremos con antibióticos baratos. Sin embargo, millones de haitianos carecen de acceso al agua potable y el jabón, son pocos los centros de atención médica y hay escasez de medicamentos y personal médico.

La misión médica cubana fue entre los primeros en atender a los pacientes que padecieron del cólera en la región de Artibonite. Mientras que los bien publicitados equipos médicos norteamericanos desaparecieron un par de meses después del terremoto, las brigadas médicas cubanas, continúan en Haití.

Cualquiera que sea el origen de la epidemia, queda claro que su propagación se debe al subdesarrollo de Haití, resultado de décadas de saqueo y dominación imperialista.

Menos del 40 por ciento de los miles de millones de dólares de ayuda prometida después del sismo han sido entregados. Washington aún no ha enviado 1 500 millones de dólares que prometió.  
 
 
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