Vol. 75/No. 7      21 de febrero de 2011

Funcionarios del gobierno de Estados Unidos anunciaron que en junio de 2009 —hace 20 meses— se acabó la recesión más profunda desde la Segunda Guerra Mundial. Pero no se han reemplazado el gran número de empleos que los patrones eliminaron. Entre 2008 y 2009 fueron despedidos 8.5 millones de trabajadores, el 6 por ciento de la fuerza de trabajo. Sin embargo, en 2010 se añadieron apenas 1.1 millones de empleos, según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos. Esto es menos que el número de trabajadores que entraron a la fuerza de trabajo por primera vez.

En un discurso al Club Nacional de la Prensa el 3 de febrero, el presidente de la Reserva Federal, Benjamin Bernanke, declaró que “es posible que se esté dando una recuperación auto sostenible en los gastos de consumidores y empresas”. Señaló datos que demuestran un incremento del 4.4 por ciento en los gastos de hogares durante el cuarto trimestre del año pasado.

En enero, las industrias de servicios crecieron al ritmo más rápido desde agosto de 2005, y las ventas de autos de la GM y la Chrysler crecieron en más de un 20 por ciento respecto al mes anterior. A principios de febrero el índice industrial Dow Jones cerró por encima de 12 mil por primera vez desde 2008.

Las órdenes recibidas por fábricas norteamericanas han subido durante cinco de los últimos seis meses, incrementándose en un 0.2 por ciento en diciembre. Pero siguen muy por debajo del nivel que tenían en diciembre de 2007.

Este aumento en la producción ocurre a pesar de que la mayoría de las empresas no están contratando nuevos trabajadores ni han llamado de regreso a muchos de los trabajadores despedidos. Más bien, los patrones están empujando más a sus trabajadores actuales a través de aumentos en el ritmo de producción y ataques contra la seguridad en el trabajo. “Esta es la primera vez desde 1962-63 que los costos de mano de obra por unidad cayeron por dos años consecutivos”, señaló el Wall Street Journal.

La tasa de productividad fue aún más alta en la industria manufacturera, alcanzando el 6 por ciento durante 2010. Al mismo tiempo los salarios de los trabajadores se han mantenido estancados. Durante el año pasado el ingreso por hogar subió apenas 1 por ciento, según un informe del Departamento de Trabajo. Los pequeños aumentos salariales han sido eliminados por las alzas en precios, sobre todo los de alimentos y combustible.  
 
Falta de empleos a tiempo completo
Alrededor de uno de cada seis trabajadores en Estados Unidos no puede encontrar trabajo a tiempo completo. Además de los reconocidos oficialmente como desempleados, hay un número creciente de trabajadores “desanimados”, que el gobierno no cuenta como parte de la fuerza laboral, además de más de 8 millones que solo pueden encontrar empleo a tiempo parcial.

Las muestras de recuperación no han impactado el desempleo a largo plazo, que sigue a un nivel record. Casi el 44 por ciento de los trabajadores que reciben subsidios de desempleo han estado sin empleo por más de seis meses.

Los patrones están aprovechando esta situación para obtener concesiones más profundas en salarios y beneficios. “Entre 2007 y 2009, alrededor de un tercio de los trabajadores que mantuvieron empleo a tiempo completo por más de tres años y luego lograron encontrar un empleo nuevo a tiempo completo, lo hicieron por salarios a un promedio de 20 por ciento por debajo de lo que habían estado ganando en sus empleos anteriores”, escribió Desmond Lachman del American Enterprise Institute en The American.
 
 
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