Vol. 75/No. 15 18 de abril de 2011
El conflicto está entrando en una etapa de estancamiento de la cual Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos tendrán dificultades en salir, declaró el Financial Times.
El 31 de marzo la OTAN tomó el mando de los ataques aéreos, los cuales estaban hasta entonces en manos del Comando Africa de Estados Unidos. Durante los primeros cuatro días del control de las operaciones por la OTAN, se realizaron 547 vuelos y 218 bombardeos, continuando lo que las fuerzas de Washington habían realizado en las dos semanas previas.
Mientras continúan vuelos de espionaje y operaciones para proveer combustible en vuelo, los aviones de combate de Estados Unidos también estarán disponibles para ataques aéreos.
Aunque el presidente Barack Obama dice que no enviarán tropas norteamericanas a Libia, hace varias semanas el presidente firmó un convenio secreto autorizando a agentes de la CIA a investigar cuales blancos deben ser bombardeados y proveer apoyo a las fuerzas de oposición en la guerra civil.
Docenas de fuerzas especiales y oficiales de inteligencia británicos están realizando operaciones similares dentro de Libia.
La Casa Blanca ha dicho que se está considerando si debe armar a la oposición y que el presidente no se ha declarado ni a favor ni en contra. Pero el convenio secreto firmado por Obama autoriza a la CIA a proveer armas a las fuerzas rebeldes, según funcionarios del gobierno citados en el Washington Post.
Bajo el mando de la OTAN se encuentran 25 buques de guerra estacionados cerca de la costa de Libia, entre ellos dos portaviones: el Charles de Gaulle de París y el Garibaldi de Roma. En estos buques y las bases áreas en Europa hay más de 220 aviones listos para operaciones en Libia.
El subsecretario de estado James Steinberg dijo el 31 de marzo al Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, que la transición a la OTAN presenta a Estados Unidos lo mejor de ambos mundos. Washington puede jugar un papel un poco retirado del frente en términos de actividades militares operativas, dijo, pero puede realizar actividades militares efectivas, ya que las tropas estadounidenses permanecen bajo el mando del almirante de Estados Unidos James Stavridis, el máximo comandante de la OTAN.
El almirante Michael Mullen, el jefe del estado mayor conjunto, , presentó una evaluación sombría al Congreso sobre la capacidad de los rebeldes y el impacto limitado de los bombardeos imperialistas. Dijo que solo unos mil rebeldes tienen entrenamiento militar y que los tanques y vehículos blindados de Gaddafi superan numéricamente por diez a uno los de la oposición. Los ataques aéreos diarios, según Mullen, han reducido las fuerzas del gobierno de Libia en un 25 por ciento o menos.
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