Vol. 75/No. 15      18 de abril de 2011

Los Cinco Cubanos, como se les conoce, estaban monitoreando las actividades de grupos paramilitares cubanoamericanos en Miami que tienen un largo historial de ataques violentos y de actos de sabotaje contra Cuba, actividades que reciben el apoyo tácito de Washington.

Gerardo Hernández fue sentenciado a cadena perpetua bajo cargos de conspiración para cometer homicidio basados en la decisión del gobierno cubano el 24 de febrero de 1996 de derribar dos aviones que habían hostilmente invadido su territorio, de manera provocativa y repetida, a pesar de múltiples advertencias por parte del gobierno cubano. Los aviones estaban piloteados por Hermanos al Rescate, un grupo contrarrevolucionario cubanoamericano.

Hernández está solicitando la oportunidad de presentar testimonio en un nuevo juicio separado sobre el cargo de conspiración para cometer homicidio. En el documento legal explica que el abogado designado por la corte en el juicio anterior no le explicó su derecho de separar este cargo, lo que le hubiera permitido a él y a otros presentar testimonio a su favor sin arriesgarse a que éste fuera utilizado en contra de ellos en otros cargos.

Durante el juicio de 2001, la defensa presentó evidencia, incluyendo el testimonio de un coronel retirado de las fuerzas aéreas de Estados Unidos, de que los aviones de Hermanos al Rescate fueron derribados dentro de territorio cubano. Pero el jurado se creyó las aseveraciones del gobierno norteamericano de que esto sucedió sobre aguas internacionales.

Sin embargo, la defensa no presentó testimonio para comprobar que independientemente de donde ocurrió el incidente, Hernández no sabía que iba a ocurrir y por lo tanto no pudo haber tomado ninguna parte en el supuesto “complot”. En su nueva declaración, Hernández explica por qué no pudo haber sabido con antelación sobre el derribo de los aviones y demuestra cómo la fiscalía tergiversó y distorsionó la evidencia para apoyar sus acusaciones especulativas.

Además de Hernández, los Cinco Cubanos incluyen a Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René González. Hernández, Guerrero y Labañino fueron condenados por “conspiración para cometer espionaje”, cargo por el que recibieron sentencias de cadena perpetua. A Hernández le impusieron dos cadenas perpetuas más 15 años ya que recibió dos cargos falsos de conspiración.

Frente a una campaña internacional para obtener justicia, en 2009 una corte federal de distrito redujo las condenas exageradas de cadena perpetua para Guerrero y Labañino a 21 años con 10 meses y a 30 años respectivamente. Pero la sentencia de cadena perpetua que Hernández recibió por el mismo cargo, no fue cambiada, bajo el pretexto de que dada su otra sentencia de cadena perpetua sería “irrelevante cuanto tiempo él que tiene que cumplir en la cárcel”.

El otro documento fue presentado por los abogados de Guerrero el 5 de marzo presentando evidencia de que el gobierno norteamericano pagó secretamente a por lo menos diez periodistas con influencia “cientos de miles de dólares para fomentar una campaña de propaganda anticubana en la misma comunidad en la que tendría lugar el juicio”. El Miami Herald reportó por primera vez sobre esa operación en un artículo en septiembre de 2006.  
 
 
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