Vol. 75/No. 20 23 de mayo de 2011
Fayoumy y otros cuatro trabajadores textiles que son parte del liderazgo en la Compañía de Hilado y Tejido Misr, y que representan a los trabajadores en las negociaciones con el gobierno, hablaron con un grupo de reporteros del Militante que visitaron esta área textil a principios de abril.
Como muchas otras industrias de gran escala en Egipto, esta planta de 21 mil trabajadores es administrada por el gobierno. Hasta hace poco el gobierno también controlaba el sindicato.
La lucha para derrocar a la dictadura de Mubarak recibió mucho ímpetu de las luchas de los 100 mil trabajadores textiles en ésta región al norte de Cairo, especialmente desde 2006. Y ha dejado a los trabajadores en una posición más fuerte para luchar por sus derechos.
El 6 de abril de 2008 tuvimos nuestra propia revolución del 25 de enero en Mahalla, explicó Fayoumy, refiriéndose a los eventos de enero y febrero de 2011 que llevaron al derrocamiento de Mubarak. La huelga de los trabajadores y las protestas que tuvieron lugar aquí en 2008 se convirtieron en una rebelión en contra del gobierno.
No ha habido confianza de los trabajadores hacia el gobierno aquí por bastante tiempo, dijo Fayoumy.
Muchas de las primeras protestas y huelgas fueron por aumentos de salario, el cual era de menos de 300 libras egipcias (50 dólares) al mes en 2006.
Siempre ha habido luchas de los trabajadores textiles dijo Abdul Kader Ahmed El-Deeb, quien ha trabajado en la planta por 26 años. Pero en 2006, el gobierno anunció que el bono anual iba a ser de unas miserables 100 libras (16 dólares), y ¡encima de todo nos dijeron que iban a descontarnos 10 libras por el seguro!.
Esto fue tan indignante que empezamos a organizar una campaña masiva de boicot en contra del bono. La compañía actuó como que si no quisiéramos un bono y simplemente se iban a quedar con el dinero.
La compañía no podía creer que íbamos a hacer algo al respecto. Entonces nos lanzamos a la huelga. Aunque fue una huelga corta, ahí fue donde empezó la rebelión.
Forzan al gobierno a retroceder
Los trabajadores describieron cómo el gobierno cedió y acordó pagar a cada trabajador el equivalente a 2 meses de sueldo como bono.
En septiembre de 2007 tuvimos otra huelga. Esta vez nuestras demandas fueron de mucho mayor alcance, explicó El-Deeb. Demandamos un sueldo mínimo, porque la paga era tan baja. Se suponía que deberíamos recibir una comida durante el turno, pero no nos la estaban dando, así que demandamos eso. Ganamos algunas de nuestras demandas y volvimos al trabajo.
Empezamos a aprender que la única manera de obtener algo del gobierno era yendo a la huelga. Esto fue un cambio importante entre los trabajadores.
Los trabajadores describieron cómo se organizaron la enorme huelga y las protestas en masa que empezaron el 6 de abril, 2008, y cómo esto difería de lo que se había hecho en luchas anteriores que fueron más espontáneas. Lo calculamos para ponernos en la mejor forma posible para ganar, dijo El-Deeb. A los trabajadores les pagan su sueldo mensual el 5 de abril. Acababan de celebrarse las elecciones locales y sabíamos que como siempre los compinches de Mubarak saldrían electos, provocando la ira entre los trabajadores por toda la región. Además en abril el clima estaba mejorando.
Para entonces, nuestras consignas eran más políticas y estábamos mejor organizados, agregó Fayoumy.
Cuando salimos a la huelga el 6 de abril, miles de trabajadores colmaron la plaza central gritando Abajo con el régimen de Mubarak. Rompieron el cartel gigantesco con la imagen del dictador. No olviden que estamos hablando del 6 de abril de 2008, tres años antes de los eventos en la plaza Tahrir.
Fayoumi y otros líderes de los trabajadores textiles fueron encarcelados para tratar de quebrar la resistencia de los trabajadores.
A pesar de que el gobierno logró eventualmente suprimir la huelga y la rebelión abierta que empezaron el 6 de abril de 2008, estas acciones inspiraron a otros trabajadores y a los jóvenes en Egipto. El camino hacia la revolución del 25 de enero de 2011 y la caída de Mubarak empezaron con las luchas en Mahalla, señalaron orgullosamente los trabajadores.
Había un sindicato en la fábrica de algodón, dijo Fayoumy. Pero era un sindicato que no representaba a los trabajadores. Lo dirigía un tipo designado por Mubarak. La unión actuaba en contra de los trabajadores. Desde la revolución del 25 de enero hemos dado los primeros pasos para deshacernos de esa organización. Ahora estamos luchando para establecer un sindicato independiente.
El Militante preguntó a Fayoumy sobre la ley antisindical decretada recientemente por el gobierno egipcio que prohíbe a los trabajadores hacer paros o protestas que impidan la actividad de las empresas. Claro que los trabajadores se oponen a esto, dijo Fayoumy, pero nosotros salimos a la huelga bajo las condiciones represivas bajo Mubarak así que no le prestamos mucha atención a la nueva ley.
Los trabajadores aún no gozan de derechos políticos. Supuestamente el parlamento tiene que asignar un número de escaños que los represente, pero esto es una farsa. Esos representantes de los trabajadores han sido partidarios de Mubarak.
Sabemos que los trabajadores en Estados Unidos y en otros países hacen frente a los mismos problemas que nosotros, dijo Fayoumy. Queremos establecer comunicación con trabajadores que luchan por los mismos derechos. Estamos agradecidos por la solidaridad que hemos recibido.
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