Vol. 75/No. 23      13 de junio de 2011

En la próxima semana equipos de voluntarios del Ejército del Militante se unirán a otros procedentes de todo el Medio Oeste de Estados Unidos para empujar la campaña por encima de su meta. Rumbo a una conferencia socialista educativa y de trabajadores activos en Oberlin, Ohio, que tendrá lugar del 9 al 11 de junio, los equipos pararán en pueblos y ciudades en ese estado así como también en Iowa, Illinois, Indiana y Wisconsin para ir de puerta en puerta y entablar discusiones políticas con trabajadores y vender suscripciones.
 

Durante las seis semanas de la campaña los partidarios del Militante han obtenido experiencia hablando con miles de trabajadores, cuya receptividad a la necesidad de una lucha revolucionaria por el poder obrero está creciendo bajo los golpes cumulativos de la crisis capitalista.

“Hemos conocido a trabajadores que están luchando para poder sobrevivir, trabajando dos o tres trabajos, que no están yendo al médico porque no pueden pagar la visita”, reportó la voluntaria del Ejército del Militante Natalie Morrison sobre un viaje reciente a Evelyth, un pequeño pueblo en la región minera de hierro en el norte de Minnesota.

Pero aún más difícil que hablar sobre las devastadoras consecuencias de la dictadura del capital, es presentar una via para que los trabajadores y agricultores puedan derrocarla. ¿Cómo explicar que la lucha por el poder obrero no es para luchar por un “gobierno grande”? Que la lucha por una revolución obrera no tiene nada que ver con el establecimiento de un estado de asistencia social que supere a todos los estados de asistencia social, lo contrario de lo que es presentado por ambas alas de los gobernantes capitalistas y radicales de clase media social demócratas, estalinistas y de otros tipos.

Explicar como los trabajadores y agricultores, una vez que hemos conquistado el poder de las familias gobernantes capitalistas, podemos unirnos para empezar a transformar tanto las relaciones sociales así como a nosotros mismos —empezando en nuestras comunidades y centros de trabajo, y no creando instituciones estatales masivas y burocráticas— estará al centro de las presentaciones y clases de la conferencia socialista en Ohio.

A través de la campaña de ventas de puerta en puerta, los partidarios del Militante también están adquiriendo experiencia en como explicar lo que está en juego para el pueblo trabajador en la defensa del derecho de la mujer al aborto. Eso también, es un tema que algunas veces uno trata de evitar discutir con un trabajador que se opone al derecho al aborto, o que tiene dudas al respecto, ya sea por razones religiosas u otras.

Pero tener estas discusiones es esencial para poder explicar las “interconexiones entre las luchas de los trabajadores contra la explotación de clase y la lucha de la mujer por la independencia económica e igualdad plena”, como lo explica Jack Barnes, secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, en El rostro cambiante de la política en Estados Unidos, uno de cuatro libros en oferta especial con una suscripción al Militante (ver anuncio en la página 11).

Por ejemplo, al describir un viaje de ventas reciente a Marshfield, un pueblo en el norte de Wisconsin, Frank Forrestal de Minneapolis reportó sobre discusiones que tuvo sobre “cesantías en el hospital grande de la ciudad” y en la “industria maderera y de casas modulares” en el área; las deteriorantes condiciones de trabajo y el abuso de los patrones en una planta empacadora de carne de la ConAgra; y la destrucción causada por el tornado en Joplin, Missouri. A pesar de que el titular de la portada en el periódico local era sobre un residente de Marshfield que había sido encauzado bajo cargos de tener planes de matar a un doctor en una clínica de abortos en Madison, dice Forestal, “Nos sorprendimos que no encontramos mucha discusión sobre esto cuando fuimos de puerta en puerta”.

Pero si el reporte de Marshfield es una muestra, los miembros del equipo de suscripciones del Militante tampoco hablaron sobre el derecho al aborto. ¡Menos razones de “sorprendernos”!

Según el reporte del equipo en la región minera del Iron Range en Minnesota, los miembros del equipo tuvieron por lo menos una discusión sobre esta cuestión importante para la clase obrera. El voluntario del Ejército del Militante Tom Fiske vendió una suscripción a una joven que trabaja en el área y está casada con un trabajador en las minas. “Ella apoya el derecho al aborto y espera que se den luchas para defenderlo”, reportó Natalie Morrison.

Desde que la Corte Suprema legalizó este procedimiento médico en 1973, los esfuerzos de los políticos demócratas y republicanos a nivel estatal y federal para hacer retroceder esta conquista han recaído más fuertemente sobre las mujeres de clase trabajadora, especialmente las que viven en pequeños pueblos y áreas rurales, tales como el área minera del Iron Range y Marshfield.

Una de las principales presentaciones y una clase en la conferencia socialista venidera se enfocaran en el peso político y el lugar de la lucha por los derechos de la mujer en la construcción de un movimiento obrero revolucionario en Estados Unidos y en todo el mundo.
 

Dentro de una semana, la enorme tabla en el evento en Ohio registrará, en grandes números escritos a mano, como los voluntarios del Ejército del Militante cumplieron y sobrepasaron la meta internacional de suscripciones. Para conocer los resultados vea la tabla menos pretensiosa en nuestro próximo número del periódico, que será publicado y enviado el 23 de junio.

¡Hacia mucho más de 2 mil!

En solidaridad,

Steve Clark, Director
 
 
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