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Vol. 75/No. 27      25 de julio de 2011

 
Encuentro aborda chinos de ultramar
Panel debate historial de Obama, crisis capitalista,
chinos en Revolución Cubana
(especial)
 
POR MARTÍN KOPPEL  
HONG KONG—Unas 170 personas, en una conferencia internacional celebrada del 21 al 22 de junio en esta ciudad, debatieron la historia y el papel de los chinos que viven en distintos países por todo el mundo.

Al encuentro, organizado por la Sociedad Internacional para el Estudio de los Chinos en Ultramar (ISSCO) junto con el Departamento de Antropología de la Universidad China de Hong Kong (CUHK), asistieron personas de 23 países. El mayor número de los investigadores, estudiantes y maestros eran de China continental, Hong Kong y Taiwán. Muchos llegaron de distintos países de Asia Oriental: Malasia, Singapur, Japón, Indonesia, Tailandia, Filipinas, Vietnam y Myanmar (Birmania). Otros eran de Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Francia, España y otras partes de Europa.

La conferencia, realizada en la Universidad China de Hong Kong, fue uno de los eventos regionales que la ISSCO organiza en un país diferente casi anualmente. Entre las sedes anteriores están La Habana, Cuba; Pretoria, Sudáfrica; y Auckland, Nueva Zelanda. El próximo encuentro regional se realizará en Seúl, Corea del Sur, en junio de 2012. La organización celebró un congreso internacional el año pasado en Singapur; el próximo se proyecta para el 2013 en Vancouver, Columbia Británica.

Leo Suryadinata, presidente de la ISSCO y director del Centro de la Herencia China de Singapur, dio la bienvenida a los conferencistas, junto con Tan Chee-Beng, vicepresidente de la ISSCO y profesor de la CUHK; y funcionarios de la universidad. Charles Coppel de la Universidad de Melbourne, Australia, dio una presentación enfocada en los chinos de ascendencia y cultura mestiza —conocidos como chinos peranakan— en Indonesia así como Malasia y Singapur.

Durante los dos días se realizaron tres docenas de paneles, en inglés o en chino, que abordaron la historia y el desarrollo de las poblaciones chinas en diversos países.

El tema de la conferencia era “Chinos de ultramar: cultura, religiones y perspectiva mundial”.

En un de los paneles, Teresita Ang See, secretaria-tesorera de la ISSCO y presidenta del Centro de la Herencia Kaisa en Manila, Filipinas, describió cómo los chinos en ese país han combinado prácticas budistas, confucionistas, taoístas y populares con elementos de la cristiandad, según se manifiesta, por ejemplo, en ceremonias dedicadas a una Virgen María china. En otro panel, Dwi Susanto de la Universidad Sebelas Maret en Indonesia habló sobre el desarrollo del confucianismo como religión en ese país.

Hubo paneles sobre “El matrimonio y los cambios en los roles de género en la diáspora china”, “La política cambiante de Taiwán hacia los ciudadanos de ultramar”, “La censura de la prensa china en las Indias Holandesas”, “Estereotipos y la diáspora china en España”, “Los retos de identidad de los musulmanes chinos en Malasia” y “La transformación de la familia: ‘China moderna’ en Hong Kong durante el siglo XIX”.

En un panel sobre “Narraciones de veteranos chinos de Mississippi de la Segunda Guerra Mundial”, Gwendolyn Gong, catedrática en la CUHK, explicó que su padre fue uno de las decenas de chinos que emigraron a Mississippi poco antes de la Segunda Guerra Mundial y se incorporaron a las fuerzas armadas norteamericanas, lo que les permitió obtener la ciudadanía norteamericana. Al describir su proyecto de investigación, explicó lo difícil que fue hasta elaborar una lista de los chinos de Mississippi que habían prestado servicio durante la Segunda Guerra Mundial, dada la manera en que se mantenían los registros de condado, estatales y federales. En Mississippi bajo el sistema Jim Crow de segregación, a menudo se clasificaban a los chinos como “de color” o “no blanco”.

Algunas de las discusiones de la conferencia abordaron la historia de Hong Kong, que los británicos tomaron como colonia a finales de la primera Guerra del Opio en 1842. Hong Kong, hoy un centro internacional de finanzas y comercio marítimo con una población de 7 millones, fue devuelto a China en 1997. Se convirtió en “Región Administrativa Especial” que mantiene la continuidad de las relaciones capitalistas, situación que el gobierno chino denomina “Un País, Dos Sistemas”.  
 
China, Hong Kong, Taiwán
Los residentes de Hong Kong reciben un pasaporte especial autorizado por Beijing, y muchos además tienen un pasaporte británico especial que los clasifica como “Ciudadanos británicos (de ultramar)” privados del derecho automático de vivir o trabajar en el Reino Unido. Sidney Cheung de la CUHK, uno de los anfitriones de la conferencia, provocó risas de asentimiento del público en la apertura cuando comentó que según su pasaporte él no era chino sino “británico de ultramar”.

Los conferencistas que viven en la región describieron la acelerada inmigración desde China continental hacia Hong Kong desde 1997, además del crecimiento rápido del número de viajes entre los dos lados: desde visitas familiares hasta viajes diarios de trabajo. Varios de los jóvenes en la conferencia eran estudiantes de la CUHK que se habían criado en la provincia Guangdong en el sur de China; algunos planeaban regresar a casa, otros esperaban obtener empleo en Hong Kong al graduarse.

Los participantes de Taiwán señalaron que hoy día también hay muchos más viajes entre China continental y Taiwán, consecuencia de la apertura de la economía china a la inversión extranjera y del aflojamiento del control ejercido por el régimen del Kuomintang en Taiwán. El 28 de junio, aterrizó en Taipei el primer avión con turistas individuales de la República Popular China; anteriormente el gobierno taiwanés solo permitía visitas de China continental con grupos organizados. También las relaciones comerciales entre los dos territorios han crecido rápidamente, y taiwaneses trabajan de asesores en un buen número de empresas en China continental.

El estatus de Taiwán sigue siendo objeto de conflicto internacional. El gobierno en Beijing exige la reincorporación de Taiwán, que fue ocupado por las fuerzas burguesas dirigidas por el Kuomintang (Partido Nacionalista) de Chiang Kai-shek en su retirada del continente después de ser derrotados en la revolución de 1949 que llevó al poder a la Republica Popular China. Washington, Londres, Tokio y otras potencias imperialistas apoyan la independencia de Taiwán.  
 
Debaten política en EE.UU. y Cuba
Uno de los paneles provocó debates sobre la política en Estados Unidos y en Cuba. Los panelistas eran Ling-chi Wang, profesor jubilado de estudios asiático-americanos y étnicos de la Universidad de California en Berkeley; Mary-Alice Waters, presidenta de la editorial Pathfinder; y Evelyn Hu-DeHart, directora del Centro de Estudios de Raza y Etnicidad en América de la Universidad Brown, en Providence, Rhode Island. Sidney Cheung de la CUHK fue el moderador.

Wang, quien más que nadie es responsable de la fundación de ISSCO en 1992, habló sobre “2009 como año definitorio de la participación política chino-americana: los límites de la participación de las minorías en la democracia norteamericana”. Detalló el historial de la actual administración en Washington, en contraste con las ilusiones que tenían muchos chino-americanos, negros y otros cuando Barack Obama asumió la presidencia. Preguntó, “¿Están mejor ahora los afroamericanos con Obama? No”, afirmó.

Asimismo, dijo Wang, a pesar del número considerable de chino-americanos nombrados por la administración Obama a cargos judiciales y ejecutivos, incluso tres en el gabinete, y la reciente elección de alcaldes chino-americanos en San Francisco; Oakland, California; y otras ciudades, “existen fuertes límites a la participación chino-americana en la democracia en Estados Unidos”.

“Nos burlamos de países como China por ser gobernados por un solo partido. Pero Estados Unidos está gobernado por un solo partido. Se trata del Partido Capitalista, que tiene el apoyo tanto de los demócratas como de los republicanos”.

Destacó “el rescate por Obama del Estados Unidos empresarial” y la llamada reforma integral de la ley de salud, que según dijo beneficia a los complejos médicos y de seguros, no a los que necesitan servicios de salud. Y Obama “prometió retirarnos de la guerra, pero ahora están involucrados en otra guerra más, en Libia”.

Terminó diciendo que la única vía para defender los derechos y buscar mejores condiciones para las minorías étnicas es a través de luchas comunitarias locales. Como ejemplo mencionó la lucha actual para completar la construcción de una universidad pública en el barrio chino de San Francisco.

“El enfoque ahora se traslada, del centro mundial del partido del capital, al centro mundial de la lucha revolucionaria contra el partido del capital”, dijo Waters al iniciar su presentación sobre “La perspectiva mundial de los chinos en las revoluciones de Cuba”. Waters es la editora de Nuestra historia aún se está escribiendo: La historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana por Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong.

Waters observó que Cuba es un caso único hoy día por “la ausencia virtual de la discriminación y prácticamente la desaparición de los prejuicios contra los cubanos de ascendencia china”, quienes están integrados “a todos los niveles de la sociedad, incluso los más altos niveles de responsabilidad en todos los ámbitos”. La razón, dijo, es que en Cuba los trabajadores y agricultores tomaron el poder político hace más de 50 años y llevaron a cabo una revolución socialista.

Ella destacó los 150 años de continuidad revolucionaria de luchas en Cuba, remontándose a las guerras independentistas contra el coloniaje español y la lucha internacional por la abolición de la esclavitud de todo tipo. Los trabajadores chinos, traídos en condiciones de servidumbre a mediados del siglo XIX ocuparon un papel sobresaliente en esta lucha. En los años 50 un buen número de cubano-chinos participaron en la guerra revolucionaria contra la dictadura de Fulgencio Batista.

Después de la victoria revolucionaria de 1959, muchos cubano-chinos asumieron responsabilidades de dirección en el nuevo gobierno y en las misiones internacionalistas de Cuba para apoyar luchas antiimperialistas en Latinoamérica y Africa, especialmente en Angola.

Waters señaló las divisiones de clase entre los cubano-chinos antes de la revolución, observando que ellos no tenían una sola “perspectiva mundial”, ni podían tenerla. “El dueño chino de una central azucarera tenía una perspectiva mundial diferente de la de un cortador de caña o vendedor ambulante chino”, dijo. Después de 1959, a raíz de estas divisiones, capitalistas chinos abandonaron Cuba y se fueron a Estados Unidos y otros países, en proporciones similares a sus semejantes no chinos.

En su ponencia “Repensando la historia de los asiáticos en América”, Hu-DeHart se enfocó en el hecho de que los chinos llegaron a América mucho antes de las grandes migraciones chinas que comenzaron en la década de 1840. Los primeros colonos chinos se establecieron en la década de 1560 al desarrollarse el comercio transpacífico entre las colonias españolas que hoy son México y Filipinas.

Sin embargo, ella comenzó su presentación instando a que Obama sea considerado como el primer presidente “asiático-americano”, observando que él pasó parte de su niñez en Indonesia, su hermanastra es mitad indonesia y su cuñado es chino-canadiense. “Obama es asiático-americano”, dijo a un público mayormente favorable.  
 
Respuestas a crisis capitalista
Durante la discusión, Dean Chen de la Universidad de California en Santa Barbara cuestionó las conclusiones de Ling-chi Wang sobre Obama, aseverando que su elección tenía un “importante valor simbólico”. Wang replicó que eso era cierto “pero el simbolismo no pone comida sobre la mesa ni crea empleos”. Observó que muchos de los africano-americanos que votaron por Obama, especialmente entre la mayoría que hoy días está en peores condiciones económicas, están “descontentos” por el historial de su administración. Aunque muchos vayan a votar por su reelección, un gran número se sumará al “partido de mayor crecimiento en Estados Unidos, el partido de los no votantes”.

Hu-DeHart discrepó rotundamente con comentarios de los otros dos panelistas. “Los asiáticos tanto en Estados Unidos como en Cuba son mayormente conservadores”, afirmó. Contradiciendo a Waters, Hu-DeHart dijo que en Cuba “la mayoría de los chinos no apoyaron a [Fidel] Castro. Eran elementos pequeñoburgueses que huyeron de la revolución y se fueron a Estados Unidos. Eran tenderos y pequeños comerciantes. Era gente para la cual el socialismo no le convenía”.

En respuesta a Wang, Hu-DeHart planteó que los chino-americanos “se oponen de forma abrumadora a la acción afirmativa” y que “la mayoría de ellos quieren engrosar las filas de la América corporativa”. Más adelante agregó que en Estados Unidos “el racismo no proviene de las clases propietarias. Proviene de la clase trabajadora blanca”.

El hecho más importante sobre la política en Estados Unidos hoy día, recalcó Waters, “es cuánto ha cambiado en la manera de pensar de los trabajadores y agricultores azotados por la crisis económica durante los últimos tres años, incluida la pérdida de viviendas, empleos, seguro médico, ahorros”. Hoy vemos una receptividad a una explicación clara de que el problema es el propio capitalismo mismo. “Esto es algo nuevo”, dijo.

Waters dijo que no coincidía con Hu-DeHart en que la mayoría de los cubano-chinos hubiesen huído de la revolución. A diferencia de la percepción errónea pero muy difundida de que ya no hay chinos en Cuba, “hay cientos de miles de cubanos de ascendencia china —mayormente trabajadores— que viven hoy en Cuba. Una minoría de los cubano-chinos, principalmente de las capas que se dedicaban al comercio, abandonaron la isla”, dijo Waters.

Wang respondió a los que habían cuestionado su ponencia. “La población chino-americana está bifurcada”, dijo. “Una parte vive bien, pero otra parte vive al margen”. El problema es que los políticos demócratas tales como Obama y el secretario del comercio Gary Locke, quien es chino-americano y recientemente fue nombrado embajador de Estados Unidos a China, seguirán “representando intereses empresariales”, dijo Wang.

El moderador prolongó el animado debate más allá de la hora programada, pero quedaban muchas manos levantadas cuando anunció que el tiempo se había agotado. La discusión informal continuó durante el almuerzo.

Después del encuentro en Hong Kong, dos grupos de conferencistas participaron en recorridos a sitios de interés histórico en el sur de China. Un grupo visitó la ciudad de Quanzhou en la provincia de Fujian; el otro viajó a las ciudades de Guangzhou (anteriormente Cantón) y Kaiping en la provincia de Guangdong. Ambos viajes se enfocaron en zonas de las cuales muchos chinos habían emigrado a ciudades por todo el mundo, así como el impacto de su regreso en su pueblo natal.

Patrick Brown, Linda Harris y Mary-Alice Waters contribuyeron a este artículo.  
 
 
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