Vol. 75/No. 30 22 de agosto de 2011
Actualmente las mujeres pueden terminar un embarazo durante las primeras 12 semanas sin costo alguno, y en algunos casos durante el segundo trimestre, informa Prensa Asociada.
El 14 de julio el presidente ruso Dmitri Medvedev firmó una ley que prohibe que se describa al aborto como un procedimiento médico seguro. La ley también requiere que por lo menos el 10 por ciento del espacio de cualquier anuncio publicitario sobre servicios relacionados al aborto debe dedicarse para advertir que el procedimiento es peligroso para la salud.
Según la agencia RIA Novosti, el parlamento ruso contemplará en otoño una propuesta de ley que declararía que el aborto no es un procedimiento médico, y por lo tanto un médico puede optar a no realizarlo. La propuesta también penalizaría hacer abortos durante la segunda mitad del embarazo.
Los que se oponen al derecho de la mujer a controlar su propio cuerpo brindan los mismos métodos que sus homólogos en Estados Unidos proclaman falsamente que son pro-vida y exaltan a la familia. La esposa del presidente Medvedev, Svetlana Medvedeva, es un buen ejemplo. Su fundación para Iniciativas Culturales y Sociales patrocinó recientemente una semana en contra del aborto con una campaña denominada Dénme Vida. Junto con la jerarquía de la iglesia ortodoxa rusa convocaron también un día de familia, amor y fidelidad.
La población rusa ha declinado desde la caída de la Unión Soviética en los años 90, reduciéndose en unos 5.7 millones de personas, según Prensa Asociada. El sistema público de salud, ya en crisis bajo el régimen estalinista, ha declinado de manera acelerada desde entonces.
En su discurso sobre el estado de la nación en 2006, el entonces presidente Vladimir Putin calificó a la caída en la población como el problema más agudo de la Rusia moderna. Como lo explicó entonces el reportero del periódico británico Independent basado en Moscú, se considera como un problema de seguridad nacional porque zonas considerables de Siberia y del oriente lejano de Rusia están despobladas de manera peligrosa. Resulta ser una anomalía que fomenta temor el hecho de que algún día [los rusos] serán usurpados por trabajadores inmigrantes de la vecina China, cuyos 1.3 mil millones de habitantes están amontonados en un territorio mucho más pequeño que Rusia.
Tenemos que estimular el nacimiento de un segundo hijo en cada familia, declaró Putin. Como incentivo, proponía bonos en efectivo y otras prestaciones para las mujeres que produjeran más niños. Putin anunció con gusto una leve subida de la población en 2009.
Rusia tiene una tasa de abortos bastante alta 53.7 por cada mil mujeres en 2004, según Naciones Unidas. Es así porque tanto el gobierno actual como los regímenes estalinistas anteriores se negaron a proporcionarles a las mujeres anticonceptivos seguros y efectivos, obligándolas a terminar embarazos exclusivamente usando el aborto.
Pero un factor que contribuye de manera importante a la caída de la población rusa es su tasa de mortalidad, una de las más alta del mundo. Era de 16.04 por cada mil personas en 2011, la quinta en el mundo. La Organización Mundial de la Salud informó que durante el período de 1990 a 1994, la expectativa de vida del hombre ruso cayó de 64 al 57 años. Entre los factores que contribuyen a esto se encuentran el colapso del sistema de salud pública, el alcoholismo rampante y la mala dieta, según el London Times.
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