MINNEAPOLIS—El 30 de diciembre, centenares de somalíes portando carteles que decían “No Banco = Muerte” protestaron el cierre de negocios de transferencia de fondos —conocidos como hawalas— usados para enviar dinero a sus parientes. Ya que Somalia no tiene un sistema bancario, la transferencia de fondos es el único método confiable para el envío de dinero. Además de una guerra creciente, Somalia encara condiciones de sequía y hambruna.

Las decisiones de los bancos de clausurar las transferencias —los últimos en hacerlas fueron los bancos Sunrise Community de Minnesota— son el resultado de leyes federales de Estados Unidos contra organizaciones que supuestamente brindan “apoyo material” a “organizaciones terroristas extranjeras”. Los bancos trataron de obtener “dispensas” del gobierno estadounidense, pero un abogado del gobierno respondió, “los fiscales federales no dan dispensas”.

El pasado otoño, después de una masiva operación del FBI para montar acusaciones falsas, dos mujeres somalíes de Rochester, Minnesota, fueron encontradas culpables de canalizar dinero a al-Shabab, un grupo armado islamista en Somalia. Las dos podrían encarar un máximo de treinta años de prisión. La evidencia del gobierno se basaba en intervenciones electrónicas y pesquisas anticonstitucionales de sus computadoras, sus hogares y su basura.

—FRANK FORRESTAL