Vol. 76/No. 5 6 de febrero de 2012
Los manifestantes se congregaron frente al parlamento el 11 de enero con letreros hechos a mano. “Tengo 25 años y nunca he tenido un trabajo”, decía un letrero.
Se estima que el desempleo en Haití se encuentra entre el 60 y 70 por ciento. La mayoría de los haitianos gana 2 dólares al día o menos. Dos años después del terremoto 500 mil personas aún están viviendo en tiendas de campaña.
En 2010 un brote de cólera se extendió por todo Haití matando a más de 6 mil personas. La mitad de la población vive sin agua potable y el 80 por ciento no tiene servicios sanitarios.
La Organización de Naciones Unidas estima que se han enviado a Haití 3.6 mil millones de dólares en ayuda en los dos últimos años. A pesar de esto “parece como si el terremoto en Haití hubiese sucedido hace dos meses, y no hace dos años”, dice un artículo del 3 de enero de Counterpunch, un sitio en el Internet. Describe como gran parte de la “ayuda” fue utilizada para pagar los salarios de las llamadas organizaciones no gubernamentales extranjeras y para rembolsar a los gobiernos imperialistas, en particular a Washington.
Menos del 2 por ciento de los fondos internacionales han sido canalizados hacia las organizaciones haitianas o al gobierno de Haití.
En claro contraste se encuentra la ayuda proveniente de Cuba revolucionaria. Inmediatamente después del terremoto, el gobierno cubano incrementó su contingente médico en Haití, concentrándose en las regiones con difícil acceso. Hizo lo mismo cuando se propagó el cólera. Ya en diciembre de 2010 el contingente de Cuba en Haití tenía un personal de más de 1 200 personas. Además de atender a los pacientes, el personal cubano entrenó a más de 15 mil haitianos para combatir el brote de cólera.
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