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Vol. 76/No. 7      20 de febrero de 2012

 
Minera de Wyoming que luchó por
seguridad en el trabajo gana caso
(portada)
 
POR PAUL PEDERSON  
Cindy Clapp, conductora de una excavadora con 28 años de experiencia en la mina de carbón a cielo abierto Cordero Rojo, cerca de Gillette, en el estado de Wyoming, fue despedida ilegalmente en marzo de 2010 por llamar la atención a los problemas de seguridad en el trabajo. La mina Cordero Rojo no está sindicalizada. Esta fue la conclusión emitida en diciembre por un juez de leyes administrativas de la Comisión Federal de Supervisión de Seguridad y Salud en las Minas.

Clapp operaba una excavadora de 40 por 35 pies que cargaba camiones de transporte de 240 toneladas utilizando una pala excavadora del tamaño de una camioneta.

Cuando la mina instaló un nuevo sistema de computadoras para supervisar “el rendimiento, el manejo de bienes y los retrasos”, las medidas incluían la instalación de pantallas de GPS de 12 pulgadas en los parabrisas del equipo de minería.

“A principios de febrero de 2009, dos conductoras, Leann Schneider y Blair Stugelmeyer, comunicaron a Clapp por el canal 10 que la pantalla impedía su visión”, declara el fallo del juez Thomas McCarthy. “Scheider citó un incidente específico en el que un camión de 240 toneladas totalmente cargado, desapareció completamente de su vista en una intersección en la mina”.

El fallo del juez describe cómo Clapp pidió repetidamente que movieran las pantallas de la línea de visión. Y al tomar acción y hacer que un mecánico moviera la pantalla de una de las máquinas, sus supervisores protestaron, explica el fallo. Clapp les dijo, “Necesito ver, aquí yo soy responsable de no lastimar a nadie. Tengo que poder ver”. Los patrones respondieron, “agáchate y mira por debajo [de la pantalla]”.

El fallo también observa que la compañía hizo caso omiso de los pedidos de Clapp de camiones cisterna cargados con agua, utilizados para contener el polvo que impide la visibilidad. Clapp tomó la iniciativa de llamar a la gerencia “en nombre de varios conductores de camiones en su cuadrilla, incluyendo a Helen Clark, Fallon Halverson, y Bob Brown, porque sus pedidos de agua también habían sido ignorados”.

Cuando Clapp cuestionó un nuevo procedimiento que requería que los camiones de transporte sobrecargados descargaran el carbón frente a la veta de carbón, lo que Clapp consideraba peligroso, fue presionada a hacerlo repetidamente. Después de que dos gerentes y un representante de recursos humanos se reunieron con Clapp y la presionaron a seguir el nuevo procedimiento, ella solicitó una reunión con alguien de mayor autoridad. Su compañero de trabajo, Michelle Whitted, acordó ir con ella a la reunión.

Una semana después, declara el fallo, Clapp fue convocada a la oficina central y despedida. Al día siguiente, Whitted fue citada a una reunión en la que le dijeron que le retiraban su “posición de capacitadora de cuadrillas” y la acusaron de mentir sobre las prácticas de seguridad de la compañía.

El juez ordenó que Clapp fuera reintegrada, que le pagaran su salario perdido y multó 40 mil dólares a la empresa por el “efecto intimidatorio que tuvo el despido ilegal de la principal defensora de la seguridad, en el interés de otros mineros de mencionar otros problemas de seguridad en la mina”.

La gerencia de Cordero ha apelado el fallo y ha rechazado hablar a la prensa.

“Es un trabajo peligroso”, dijo Helen Meyers, que había trabajado de conductora de un camión de transporte en la mina Coal Creek, cerca de la mina Cordero, y también en la mina Black Thunder en 1999 y 2000. “Uno tiene una visibilidad limitada. Tienes que echar marcha atrás usando espejos y manejas en caminos que cambian constantemente y pueden ser inestables”.

Meyers dijo que se había instalado en la mina un sistema de monitoreo GPS similar, con pantallas, cuando ella trabajaba allí.

“Los trabajadores estaban furiosos”, dijo ella. “Trabajas un turno de 12 horas y ellos te seguían cuando estacionabas tu vehículo para ir al baño. Si creían que ibas demasiado despacio, allí estaban, gritándote por teléfono. Querían que la excavadora nunca dejara de cargar carbón”.

Shirley Hyche, sindicalista jubilada del sindicato minero UMWA, trabajó durante 27 años en la mina número 5 de Jim Walters Resources en Alabama, una de las minas de carbón subterráneas más profundas del país.

“En una mina no sindicalizada tú no puedes decir nada”, dijo Hyche al Militante. “Y si dices algo, te metes en un lío. Me sorprende que a ella [Clapp] no la echaron antes”.

“Pero si hay a un sindicato, debes participar activamente en el sindicato”, agregó Hyche.

Uno de los logros de las luchas del sindicato minero es el establecimiento de comités de seguridad. Los comités, constituidos de trabajadores, tienen el poder de parar la producción si se da una situación peligrosa. “El comité de seguridad es muy importante”, dijo Hyche. Si esta cumpliendo con su función nos mantiene informados de lo que esta ocurriendo.”.

Hyche también habló acerca de la lucha de las mujeres para ingresar en las minas del carbón. “Yo fui empleada en 1981”, dijo. “Dejé un trabajo en un hospital para ir a la mina porque necesitaba más dinero”. Hyche dijo que nunca hubo más de 30 mujeres en la mina, de un total de 400 a 500 trabajadores. “Algunos hombres no querían a las mujeres allí”, dijo ella. “Decían que una mina subterránea no es un lugar para mujeres. Pero una tiene que mantener a la familia tanto como ellos”.  
 
 
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