Vol. 76/No. 14      9 de abril de 2012

La edición en español de Haciendo historia: Entrevistas con cuatro generales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba es uno de los Libros del Mes de Pathfinder para abril.

La entrevista con el Gral. Néstor López Cuba, de la que a continuación presentamos un extracto, se realizó en La Habana en octubre de 1997 por Jack Barnes, secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, Mary-Alice Waters, editora del libro, y Martín Koppel, editor de Perspectiva Mundial, en ese entonces la revista mensual afiliada al Militante.

En la entrevista López Cuba se refiere a las misiones internacionalistas de Cuba. La más destacada de esas fue en Angola. Desde finales de 1975 hasta el mes de mayo de 1991, 375 mil combatientes cubanos se ofrecieron como voluntarios para ayudar a ese país, que hacia poco había ganado su independencia, a derrotar las invasiones del régimen supremacista blanco de Sudáfrica. Copyright © 1999 por Pathfinder Press. Se reproduce con autorización.

WATERS: Hace unas semanas apareció en Granma Internacio- nal una entrevista interesante con el general de brigada Luis Pérez Róspide, que dirige la industria militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Quien lo entrevista, parafrasea a Pérez Róspide diciendo que su departamento de las FAR tiene la “misión fundamental vigente de garantizar a cada cubano un fusil, una mina y una granada con los que defender el país”.

Y el artículo continúa, destacando que cuando se le preguntó al general sobre la manufactura y utilización de minas antipersonales—a las que se oponen algunos países ricos—, Pérez Róspide “opinó que el tema nunca fue discutido con los pobres, mucho menos con los más amenazados y que carecen de armas nucleares. ‘La mina es el arma de los pobres’”, aseguró el general Pérez Róspide.

Quisiéramos su opinión sobre esta cuestión, porque en el mundo capitalista hay una gran campaña fomentada por los gobiernos de Canadá y varios miembros de la Unión Europea, para firmar un tratado internacional que prohiba las minas antipersonales.

LÓPEZ CUBA: Sí. Y desgraciadamente esta campaña también la apoyan personalidades muy progresistas, muy humanas y que tienen un respeto enorme en la opinión pública mundial. Hasta cierto punto esto se entiende porque es algo muy humano.

Ahora, uno se debe preguntar: ¿Y qué de los dos vuelos de los B-29 que tiraron bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki? ¿A cuántos mataron? ¿Cuántas víctimas están todavía muriendo de la secuela? Si hay un arsenal nuclear que es capaz de aniquilar al mundo, ¿por qué no se lucha contra eso?

Porque la mina es el arma del pobre. Es el arma del que no tiene recursos para comprar un bombardero B-52 o un caza F-16.

Hace unos años, cuando el derrumbe del socialismo ya había empezado, los soviéticos nos dieron una última escuadrilla de MIG-29. Llegaron solo seis.

Recientemente el gobierno ruso estaba proponiendo venderles a las FAR más MIG-29. El ministro les preguntó: “¿Cuánto valen?”

Le dicen: “20 millones de dólares”.

Entonces el ministro [de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Raúl Castro] les respondió, “Les vendemos los seis que tenemos”.

En verdad, hemos estado haciendo gestiones para vender estos MIG-29, y que los rusos nos autoricen para recaudar ese dinero. Porque un país pobre como Cuba, que sus fuerzas armadas y su presupuesto depende de las posibilidades económicas del país, no puede darse el lujo de tener esos aviones costosos. Tampoco podemos tener otros tipos de armamentos costosos ni sofisticados, ni nos son tan necesarios si tenemos en cuenta el carácter popular y el objetivo estrictamente defensivo de nuestras armas, incluidas las minas antipersonales que tenemos y que no son para desplegarlas en otro país.

¿Y qué podemos utilizar para resistir? Armas que sean menos costosas: el fusil, la mina, un cóctel molotov, una granada antitanque. Por eso es que nosotros tenemos que asumir esa posición contra la prohibición de la mina antipersonal.

¿Cuántos miles de millones de dólares les vende Estados Unidos anualmente en armamentos a los gobiernos del Tercer Mundo? Es una suma increíble. Y eso es a costa del hambre, de la miseria. ¿A cuántos millones matan las “bombas” del hambre, de la falta de energía, de salud, de alimentos? ¿Y por qué sucede esto? Por la dependencia que esos países tienen del gran capital. Por la explotación de los pueblos de esos países. Esa es la verdad.

Y la cogen contra la mina, porque es el arma de los pobres. Si de nosotros dependiera, no quisiéramos ni mina, ni fusil, ni nada. Que respeten la soberanía de los pueblos. Que haya justicia. Pero mientras estemos con una amenaza constante, somos nosotros los que tenemos que responder por la seguridad de nuestro pueblo.

Por eso hemos sido muy cautelosos en dar opiniones con relación a esa campaña mundial contra las minas.

Conocemos todo lo que respecta a minas. La mayor cantidad de combatientes que perdimos en misiones internacinalistas fue por causa de las minas. La mayoría de los mutilados que tenemos se deben a las minas. Conocemos la secuela que esta arma trae. Pero, ¿es que no traen secuela todas las armas? Bueno, de todas maneras hay armas que matan más que las minas.

Esa es la realidad. Y esa es la razón de nuestra posición.

BARNES: Es cuando los pueblos entregan su derecho a de- fenderse que los masacran.

LÓPEZ CUBA: Sí, esa es la verdad.

BARNES: Hay quienes a veces nos preguntan: “¿Ustedes realmente creen que Washington va a usar sus armas nucleares alguna vez?” Nosotros respondemos: “¡Ya las usaron! Contra la gente de Hiroshima y Nagasaki”. Y lo único que impide que los gobernantes norteamericanos usen otra vez esas armas de destrucción masiva es la disposición de luchar de los pueblos alrededor del mundo.

LÓPEZ CUBA: Exacto.

BARNES: Entonces eso nos da tiempo de combatir para arre- batarles las armas. Los trabajadores en Estados Unidos van a llegar a entender esto muy bien.
 
 
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