Vol. 76/No. 25 25 de junio de 2012
Unos 3 mil trabajadores han estado en huelga aquí desde el 23 de abril. Además hay unos 350 miembros del sindicato que trabajan en las instalaciones de pruebas de Lockheed en la base de la fuerza aérea Edwards en California y en la base naval aérea de Patuxent River en Maryland.
“Hemos ido a la huelga porque la compañía no nos está dando lo que necesitamos”, dijo al Militante Maria Gupton, una ensambladora de compuestos. “Ahora intentan presionarnos a que volvamos al trabajo. Pero es la compañía la que debe regresar a la mesa de negociaciones. Nuestra huelga es fuerte”.
Los trabajadores, miembros del Local 776 del sindicato de trabajadores mecano metalúrgicos IAM, están en huelga desde que votaron por un margen del 94 por ciento a favor de rechazar las propuestas de la compañía de recortar las pensiones para los trabajadores nuevos y aumentar considerablemente el costo del seguro médico para todos los trabajadores.
“Estos logros fueron ganados en las luchas del pasado, y si los perdemos será difícil recuperarlos”, dijo Chris Hanska, un mecánico de servicio de campo de 35 años de edad.
El lunes 4 de junio, los sindicalistas empezaron a organizar mítines más grandes temprano en la mañana para recibir a los camiones con trabajadores de reemplazo que Lockheed está trayendo. Lockheed anunció hace tres semanas que estaba contratando rompehuelgas de la PMG, una agencia de contratación temporal de Bloomington, Minnesota, que se especializa en la provisión de esquiroles.
La fábrica en esta ciudad produce los aviones de caza F-35 Joint Strike Fighters para el ejército de Estados Unidos. Lockheed se ha encontrado bajo presión del Pentágono para reducir los costos de su última generación de jets de caza. El gobierno estadounidense está buscando como reducir sus gastos en respuesta a los crecientes problemas fiscales, los cuales se ven agravados por la creciente crisis mundial del capitalismo.
El ejecutivo Bob Stevens, “dijo que Lockheed se enfocó en como mantener sus márgenes de ganancias, principalmente a través de medidas para recortar costos y aumentar las ventas internacionales, aún cuando los gastos para la defensa disminuyan”, informó el New York Times.
Recientemente Lockheed trasladó el el ensamblaje del ala central del F-35 a Marietta, Georgia, lo que ha servido de base para una de seis quejas por prácticas laborales injustas que presentó el sindicato ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales. El portavoz de la empresa, Joe Stout, dice que la decisión de trasladar el trabajo no tuvo nada que ver con la huelga, reportó el Star-Telegram de Fort Worth.
El sindicato también ha presentado una queja contra la compañía por presionar a los trabajadores enviándoles cartas diciendo que tienen que seguir pagando por préstamos 401(k) durante la huelga.
“A pesar de todos sus esfuerzos, incluso sus propias afirmaciones, solo han logrado que menos de un 5 por ciento de nuestra membresía regrese a trabajar”, informó al Militante el portavoz del sindicato Bob Wood. “Por otro lado, sabemos que estamos teniendo un gran impacto”.
“Soy una madre soltera con dos hijos y me he gastado mis ahorros”, dijo al Militante Jackie Elrod, una ensambladora de 32 años de edad con nueve años de antigüedad en Lockheed. “Pero aquí estoy porque entiendo de que se trata la huelga. A mi niño de 11 años le gustaría trabajar aquí algún día. Se trata del futuro”.
Envíe donaciones para la huelga y cartas de apoyo a District Lodge 776, 7711 Clifford St., Ft. Worth, TX 76108.
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