Vol. 76/No. 33 10 de septembre de 2012
Una de las preguntas que con más frecuencia los trabajadores en las líneas de piquetes hacen a James Harris y Maura DeLuca, los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente y vicepresidente, es, “¿Porqué nos están atacando tan duro los patrones?”
Alrededor del país, y por todo el mundo, los trabajadores están enfrentando ataques contra sus salarios; ritmos intensificados de producción y más horas, lo que desgasta la vida y la salud; recortes en los beneficios médicos y los de jubilación; demandas de divisiones cada vez más profundas entre los salarios de los trabajadores nuevos y los que tienen más antigüedad; el uso creciente de trabajadores temporales con salarios más bajos y sin beneficios; la represión de los sindicatos y ataques contra nuestra dignidad.
Esto no se debe a una explosión de avaricia entre los ejecutivos corporativos. Es producto de la naturaleza misma del capitalismo.
Estamos viviendo las etapas iniciales de una crisis mundial de acumulación capitalista mucho más profunda que lo que hemos visto desde la Gran Depresión.
El capitalismo domina el mundo como nunca antes. En los años 30, casi toda China, India, África y gran parte de América Latina eran países organizados alrededor de la agricultura de subsistencia campesina, aislados del mercado mundial. Hoy, las relaciones capitalistas dominan todos los rincones del mundo, atrayendo a millones de trabajadores hacía la producción industrial —y hacía la lucha de clases.
No estamos enfrentando simplemente otra caída en las alzas y bajas del ciclo económico, sino una crisis profunda de largo plazo generada por la implacable campaña de los patrones para acumular más y más ganancias para reinvertirlas en una competencia cada vez más feroz entre ellos mismos. Esto hace que los márgenes de ganancia vayan en descenso, e intensifica la lucha. Los capitalistas necesitan desesperadamente nuevos mercados para invertir —pero no los hay.
Su única alternativa es sacarlas de la clase obrera, la clase que crea toda la riqueza con nuestro trabajo. Y a medida que su crisis se profundiza, esto es exactamente lo que están haciendo.
La crisis intensifica la competencia entre los capitalistas a escala nacional e internacional. Esa es la razón por la que vemos al imperialismo estadounidense trabajando desde Africa hasta el mar de la China Meridional para luchar contra sus competidores chinos y para trasladar su maquinaria militar hacia el este. Esto es la razón tras la crisis de la Unión Europea, los intereses de clase en conflicto entre las clases explotadoras más fuertes en Alemania, Francia y el Reino Unido y las más débiles en Grecia, España, Portugal, Irlanda y otros países.
Los patrones tratan de hacer que los trabajadores apoyen las medidas que Washington está tomando en el extranjero, argumentando que todos nos beneficiamos cuando ellos les dan una buena paliza a sus rivales. Pero nosotros y los trabajadores de todo el mundo enfrentamos exactamente los mismos ataques, por las mismas razones. Favorece nuestros intereses luchar juntos.
Sólo al entender esta realidad a partir de nuestras experiencias en la lucha podemos empezar a trazar un camino político de lucha proletaria independiente, un camino hacia la toma del poder político y la transformación del mundo.
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