Vol. 76/No. 39 29 de octubre de 2012
POR RÓGER CALERO
El 25 de septiembre la Cámara de Diputados de Uruguay aprobó una ley para despenalizar el aborto durante las primeras 12 semanas de embarazo. Con esta decisión Uruguay se convierte en la segunda nación latinoamericana después de Cuba donde el procedimiento médico es legal.
La ley —aprobada con un margen de 50 a 49 votos— incluye muchas restricciones. Requiere que la mujer que solicite un aborto comparezca ante un panel de tres “profesionales”, de los cuales uno debe estar en contra del aborto. Ella debe explicar las circunstancias de su decisión, escuchar consejos sobre “alternativas”, y luego esperar cinco días más para “reflexionar” sobre su decisión antes de regresar al panel una vez más. También debe de haber residido en el país por un mínimo de un año.
La ley permite que profesionales médicos rehúsen realizar el procedimiento por “objeción de conciencia”. Instituciones privadas con “objeciones de ideario” pueden referir a las mujeres a otros centros. En caso de violación, el aborto será legal durante las primeras 14 semanas.
“El proyecto tiene como objetivo disminuir el número de abortos en el país”, dijo a Prensa Asociada el diputado Iván Posada del Partido Independiente, autor de la propuesta y cuyo voto rompió el empate en la asamblea.
De acuerdo a encuestas recientes un 52 por ciento de los uruguayos apoyan la legalización.
“Es un avance comparado a la situación actual, pero no es lo que estamos reivindicando, lo cual es el pleno derecho de la mujer al aborto”, dijo en una entrevista telefónica Gustavo Guerrero, un dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Uruguay. La federación es parte de una coalición que incluye organizaciones de mujeres, sindicatos y de estudiantes, entre otras, que abogan por el derecho de la mujer al aborto.
Por un corto período a principios de los años 1930 el aborto era legal, explicó Guerrero, hasta que fue penalizado de nuevo en 1938. Esta tradición, así como otros logros subsiguientes de las mujeres, incluyendo el relativamente gran porcentaje de mujeres que son parte de la fuerza laboral, contribuyen al apoyo al derecho de la mujer al aborto que existe hoy día.
“Esta no es la ley que queríamos”, dijo Marta Aguñín, dirigente de Mujer y Salud, una organización pro derechos de la mujer, durante una entrevista telefónica.
“No necesitamos que nadie nos diga que hacer”, enfatizó, refiriéndose al requisito a que la mujer se entreviste con un panel antes de obtener un aborto. “Somos capaces de hacer nuestras propias decisiones”.
Según cifras oficiales, en Uruguay se realizan unos 30 mil abortos cada año. Las organizaciones de mujeres calculan que la cifra real puede ser hasta el doble. En 2001, las complicaciones causadas por abortos ilegales fueron la causa de 28 por ciento de las muertes maternales en Uruguay.
Alrededor de 4 millones de mujeres en América Latina tienen abortos cada año, según la Organización Mundial de la Salud. Unas 4 mil mueren a causa de abortos ilegales inseguros.
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