Vol. 76/No. 39 29 de octubre de 2012
POR PATRICK BROWN
Y BASKARAN APPU
AUCKLAND, Nueva Zelanda—Cientos de miles de obreros en Indonesia tomaron parte en una huelga nacional de protesta el 3 de octubre, la primera acción de este tipo en casi medio siglo.
La huelga fue convocada para protestar contra el aumento de la “subcontratación” —que reemplaza a trabajadores permanentes con mano de obra a contrato— y para presionar por un aumento en el salario mínimo, el cual en la capital de Yakarta es de 1.500 millones de rupias mensuales (156 dólares). También se plantearon demandas sobre beneficios médicos y pensiones para jubilados.
“Esto es solo el comienzo”, dijo Rini Kusnadi de Yakarta en una entrevista telefónica el 5 de octubre. Kusnadi dirige el departamento de mujeres de la Confederación Sindical Nacional (KSN), uno de los sindicatos participantes.
“Los peor que sucede en este momento es la subcontratación”, dijo Kusnadi. “El problema latente es que la vida de los trabajadores se ha puesto más difícil 14 años después de reformasi”.
Reformasi es un término popular para el periodo posterior a la caída de la dictadura militar de Suharto, quien renunció en 1998. La lucha contra el régimen de Suharto produjo avances importantes en los derechos políticos de los trabajadores. En los últimos años también se ha visto un crecimiento rápido en las inversiones de capital extranjero y nacional y en el desarrollo industrial.
Cientos de miles participaron en la huelga en 700 centros de trabajo en 80 complejos industriales según las cifras de la policía. Quedaron afectadas por lo menos unas 5 mil fábricas en las islas de Java, Batam y Sumatra, dijo al Straits Times de Singapur Sofyan Wanandi, presidente de la Asociación de Empresarios de Indonesia.
Las acciones más grandes reportadas tuvieron lugar en Java, donde reside la mitad de los 240 millones de habitantes del país. En las áreas industriales de Yakarta los huelguistas marcharon de centro en centro animando a otros trabajadores a que se sumaran a la protesta.
En algunos lugares los patrones “apostaron personal de seguridad armado para impedir que los trabajadores se unieran a la huelga”, dijo Iqbal al Post.
Los sindicatos en Yogyakarta, “no eran lo suficientemente grandes para cerrar las fabricas”, dijo Mahendra un trabajador del Congreso de la Alianza de Uniones de Indonesia (KASBI) en la ciudad que cuenta con una población de casi 400 mil personas en Java Central. En cambio, “repartimos volantes afuera de las fabricas”, declaró al Militante en una entrevista telefónica el 6 de octubre.
“La huelga fue muy importante —la primera vez en 50 años que se lleva a cabo una huelga a nivel nacional”, dijo Mahendra. “Abre la oportunidad para una negociación y fortalecerá la lucha por las demandas de los trabajadores”. Sobre todo, dijo, “aumentó la confianza de los trabajadores en sí mismos ”.
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