Vol. 76/No. 44      3 de diciembre de 2012

Clayton Bronson, un trabajador azucarero jubilado de Drayton, Dakota del Norte, adoptó una meta de vender tres suscripciones. El es uno de los 1 300 trabajadores despedidos desde el 1 agosto de 2011 en un cierre patronal de la empresa American Crystal Sugar.

Bronson dijo que ha estado leyendo semana tras semana los artículos sobre como aumentar el alcance del periódico, y se dio cuenta de que habían nuevas áreas que estaban participando en la campaña. El ha estado mostrando el periódico a otros trabajadores despedidos.

Horacio Kerr, quien ha leído el periódico por muchos años pidió que se agregara Denver al tablero de la campaña con una meta de cinco suscripciones.

La semana pasada recibimos nuestra octava renovación de suscripciones de “Presos”—con una renovación de un lector tras las rejas en Pennsylvania que fue enviada por su hermano. (Vea el recuadro sobre el Fondo para Prisioneros en la página 11 en inglés.)

Kevin Cole, un trabajador de correos de 57 años de edad de Anaheim, California, ha vendido dos suscripciones a compañeros de trabajo, uno de los cuales compró los cuatro libros que están en venta especial con una suscripción. (Vea el anuncio en esta página.)

Cole ha estado vendiendo el periódico yendo de casa en casa en dos ocasiones recientes. “Las ventas del periódico de casa en casa refuerzan mi determinación. Me hacen más audaz y afilan mi habilidad de hablar con los trabajadores sobre política”, dijo Cole.

En septiembre Cole empezó a leer el Militante después de comprar una suscripción en una acción del Día del Trabajo en Wilmington, California.

“Yo no soy tan versado en la ciencia del socialismo, pero sé que es la única solución a la competencia perro-come-perro capitalista”, dijo Cole. “Ahí es donde encaja el Militante para mí”.

Jesús Landeros, un estudiante de secundaria de 17 años de Los Ángeles, ha estado vendiendo el Militante con regularidad durante las últimas seis semanas. Instó a otros lectores a distribuir el periódico en Lennox, un barrio obrero cerca del aeropuerto, lo que resultó en la venta de 10 suscripciones allí. En dos ocasiones, amigos de Landeros también se unieron al esfuerzo de la campaña de suscripciones.

“Me gustan más la ventas de casa en casa”, dijo Landeros. “Mucha gente está viviendo muchos de los problemas de que estamos hablando y quieren compartir sus experiencias”.

“Acabo de vender una suscripción a un estudiante en la Universidad Heritage, que se ubica en la Reserva Indígena Yakama”, informó Roberto Beal desde Yakima, Washington.

Este nuevo lector “está involucrado en la política local. El pidió tres formularios de suscripción para unos amigos que él cree que van a estar interesados en el periódico y los libros”.

Lectores: ¡Si no lo han hecho todavía, únanse a la campaña!
 
 
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