Vol. 76/No. 45 10 de diciembre de 2012
Los trabajadores de todo el mundo deben exigir un fin inmediato al bloqueo israelí contra Gaza, donde los trabajadores no sólo se encontraron en el fuego cruzado, sino también se ven abandonados para enfrentar solos las consecuencias económicas, sociales y políticas, incluyendo la destrucción de viviendas, energía, comunicación y otras obras de infraestructura; y la pérdida de empleos y alimentos.
El pueblo trabajador de todo el mundo también debe apoyar la lucha del pueblo palestino contra la opresión nacional por el gobierno de Israel, establecido en su despojo. La lucha palestina por sus derechos y contra la discriminación tiene lugar en muchos frentes: por los derechos a la tierra y el agua y a trabajar y vivir donde deseen, la lucha por el empleo, la liberación de los presos políticos y contra la represión por la policía israelí y los ataques militares.
Al mismo tiempo, la “estrategia” terrorista de Hamas es un callejón sin salida y un obstáculo político que desorienta, desmoviliza y debilita la lucha palestina. Los únicos resultados posibles son los que están en juego hoy, severas represalias militares que caen desproporcionadamente sobre los trabajadores.
Los maldirigentes burgueses de Hamas y Fatah han causado un revés tras otro a los logros políticos registrados por la Intifada popular de los 1980s y 1990s, levantamientos de masas que ganaron la simpatía por todo el mundo incluso entre los judíos en Israel. Las acciones de Hamas están diseñadas para mantener a las masas fuera de la política. Y ayudan a los gobernantes de Israel obtener apoyo entre los trabajadores en Israel para la represión violenta de Tel Aviv.
Las luchas justas y necesarias del pueblo palestino no van a desaparecer, al contrario se agudizará a medida que se profundice la crisis mundial del capitalismo. Su lucha por la liberación es una parte integral de la lucha de la clase trabajadora en la región.
El camino hacia adelante en esta lucha queda a lo largo de la línea de marcha para crear un movimiento revolucionario de la clase obrera que pueda unir a los trabajadores de todas las nacionalidades —árabes, judíos y otros— y arrebatar el poder a los explotadores capitalistas en lo que hoy es Israel, Gaza y la Margen Occidental.
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