Vol. 77/No. 6 18 de febrero de 2013
“El Reino Unido está estancado”, dijo el Wall Street Journal el 26 de enero. “La economía se ha contraído en cuatro de los últimos cinco trimestres” y la producción “todavía está un 3.2 por ciento por debajo de su máximo antes de la recesión”.
Según un artículo del 7 de diciembre en el Financial Times, la producción manufacturera en octubre fue un 2.1 por ciento menor que el año anterior. El periódico también señaló que “el déficit comercial se había expandido de 2.5 mil millones de libras británicas [3.95 mil millones de dólares] el mes previo a 3.6 mil millones [5.7 mil millones de dólares] en octubre, frustrando las esperanzas que un aumento en las exportaciones podría estimular la economía del Reino Unido”.
Al mismo tiempo, la prensa capitalista ha elogiado un informe de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) del 23 enero según el cual el número de desempleados disminuyó por 37 mil entre septiembre y noviembre, reduciendo la tasa de desempleo al 7.7 por ciento, en comparación con el 7.8 el trimestre anterior. La cifra más reciente marca una caída de diez meses en la tasa oficial.
Según la ONS, 2.49 millones de personas estaban desempleadas en noviembre, más o menos similar al período entre mediados de 2009 y principios de 2010, antes de que aumentara y luego bajara por 10 meses. Pero esto significa que la cifra de desempleo oficial continúa con más de 800 mil desempleados más que en mayo de 2008. Las cifras oficiales son calculadas de una manera que encubre la verdadera envergadura de la crisis de empleos que enfrentan los trabajadores. Las estadísticas gubernamentales, por ejemplo, hacen caso omiso de la creciente cifra de los que se clasifican como subempleados, quienes han aumentado en un 50 por ciento desde 2008. Más de 3 millones de trabajadores, el 10 por ciento de la fuerza de trabajo, están en esta categoría. La mayoría de ellos quiere trabajar a tiempo completo, pero trabajan 30 horas o menos.
Aunque los periódicos presentan las cifras de desempleo como evidencia de que la economía está mejorando, los comentaristas en la prensa financiera reflejan las preocupaciones de los patrones que una pequeña recuperación en el número de empleos en las presentes circunstancias es negativo para sus ganancias. (No dicen nada sobre el hecho de que cuando el desempleo es más elevado, esto provee mejores condiciones para reducir los salarios y las condiciones de los trabajadores.)
El más reciente reporte gubernamental también muestra una disminución en los salarios reales, los cuales nominalmente aumentaron en un 1.5 por ciento en un año, mientras que la inflación oficial aumento en un 2.7 por ciento.
Mientras tanto, funcionarios gubernamentales han estado tratando de hacer recortes en el sistema de bienestar social.
Este ataque va de la mano con los esfuerzos de convertir en chivos expiatorios a los trabajadores desempleados, con el objetivo de mermar la solidaridad y conseguir apoyo para los recortes.
“Es injusto que cuando una persona sale de su casa temprano, cierra la puerta, se va a su trabajo, y ve al vecino, las persianas están cerradas, y esa familia está viviendo de los beneficios”, dijo el ministro de hacienda de George Osborne en una conferencia del Partido Conservador en octubre.
Aunque critica al gobierno de “recortar demasiado y muy rápido”, Edward Balls, el vicecanciller del Partido Laborista, dijo en una entrevista en el Daily Telegraph en septiembre que si su partido gana las próximas elecciones sería “despiadado y disciplinado” en implementar recortes de los gastos gubernamentales.
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