Vol. 77/No. 7      25 de febrero de 2013

Llevar el Militante a la clase obrera, a donde viven, está al centro de la respuesta del movimiento comunista al cambio de actitudes entre los trabajadores dado el impacto acumulativo de la crisis capitalista. Los partidarios del Militante han encontrado un creciente interés en una explicación comunista de las raíces de la crisis capitalista y la fuente de los implacables ataques de los patrones, así como una mayor apertura a discutir una perspectiva de lucha de clases y la necesidad de una lucha revolucionaria por un gobierno de trabajadores y agricultores.

“Los partidarios del Militante aquí tuvieron un buen comienzo”, escribió Naomi Craine desde Miami.

“Vendimos nueve suscripciones yendo de puerta en puerta, junto con dos copias de Cuba y Angola: Luchando por la libertad de Africa y la nuestra y Mujeres y Revolución: El ejemplo vivo de la Revolución Cubana”. Estos libros son dos de los ocho títulos que se ofrecen a precio reducido con una suscripción.

“Uno de los nuevos suscriptores trabaja en una fábrica de cemento”, agregó Craine. “Tomó algunas copias adicionales del periódico y algunos formularios de suscripción para mostrar a sus compañeros de trabajo, y dijo, ‘Así no se llevarán mi copia’ ”.

John Naubert informó que un grupo de partidarios del Militante en Seattle fue a Yakima, Washington. Visitaron a Christina Faria, quien trabaja en obras de carreteras. Ella dijo que le gusta el Militante y compró Mujeres y revolución: El ejemplo vivo de la Revolución Cubana (Ver reseña).

“Es importante hablar de otras cosas aparte de lo que dice la gran prensa. Hay gente que han perdido la vida para mejorar las cosas”, dijo Faria.

Lectores en Seattle regresaron a la línea de piquetes del Local 117 de los Teamsters en la empresa United Natural Foods Inc., en Auburn, Washington, antes de que terminó una huelga de nueve semanas con un acuerdo que incluye la readmisión de todos los trabajadores despedidos y aumentos salariales.

“Puedo ver cómo utilizan el lavado de cerebro para convencernos de que si eres pobre está bien aceptar el riesgo de vivir en tierras bajas”, dijo Robert Jury, un suscriptor. El había leído un artículo sobre el Huracán Sandy en una edición anterior del Militante.

Después de hablar sobre la historia del sindicato Teamsters, compró un ejemplar de Rebelión Teamster por Farrell Dobbs. El libro cuenta la historia de las huelgas combativas en 1934 que construyeron el movimiento sindical industrial en Minneapolis y ayudaron a allanar el camino para la creación de la federación sindical, la CIO.

“Voy a comprarlo porque me interesa la causa. Quiero poner mi hombro en la rueda para luchar contra la injusticia”, dijo Lucie Ngoie en Verdun, un barrio obrero en Montreal, mientras compraba una suscripción de los partidarios del Militante que la conocieron cuando estaba lavando la ropa en el edificio donde vive.

Ngoie era activista sindical en Lubumbashi, República Democrática del Congo. Ahora trabaja en una casa de ancianos.

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Los resultados de los primeros 10 días de la campaña, así como las cuotas locales e internacionales serán publicadas en la edición de la próxima semana.  
 
 
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