Vol. 77/No. 17 6 de mayo de 2013
Militante/Naomi Craine |
Exigen alto a las deportaciones y legalización de indocumentados en Miami el 6 de abril. |
El pueblo trabajador de todo el mundo se enfrenta al asalto de los patrones contra nuestro estándar de vida, condiciones de trabajo, solidaridad y nuestra propia dignidad, bajo el impacto de la creciente crisis del capitalismo. La propia integridad física y nuestra vida está en juego frente al empuje por ganancias de los explotadores, como la reciente explosión en West, Texas, ha demostrado agudamente.
El movimiento sindical está en la mira del cañón de los patrones, desde los mineros empleados por Patriot Coal y los choferes de autobuses escolares de Nueva York, hasta los trabajadores de procesadoras de azúcar en la parte norcentral del país. Su objetivo es aplastar nuestras organizaciones elementales de defensa, los sindicatos, los cuales han alcanzado el nivel más bajo de membresía en casi un siglo y cuya capacidad de lucha se ve menguada tras décadas de colaboración de la cúpula sindical con los patrones y sus partidos políticos.
La unidad de la clase trabajadora se ve continuamente interrumpida por los esfuerzos de los capitalistas para dividir y debilitar nuestras filas.
Bajo el sistema de segregación Jim Crow, los afroamericanos eran considerados desde el punto de vista legal como ciudadanos de segunda clase.
Los funcionarios sindicales se negaron a organizar apoyo para la lucha por la liberación de los negros y el sur del país continuó siendo no sindicalizado, con salarios más bajos. Todos los obreros en Estados Unidos sufrieron como resultado de esto, y este fracaso colosal todavía reverbera hoy.
Incluso con la igualdad nominal ante la ley, la continua opresión de la nacionalidad negra, así como el estatus social de segunda clase de la mujer, continúan siendo una palanca importante en manos de los explotadores.
Hoy existen más de 11 millones de trabajadores que legalmente carecen de los derechos básicos que tienen los ciudadanos, y son objeto de arrestos, hostigamiento y deportación. Éste ha sido uno de los principales garrotes empuñados contra la clase obrera para deteriorar nuestros salarios y condiciones de trabajo durante las últimas décadas.
Defender la lucha a favor de los derechos de los inmigrantes indocumentados es una cuestión de vida o muerte para el movimiento sindical hoy.
La reforma migratoria que se está discutiendo hoy ofrecen un camino, largo y arduo, hacia el estatus legal de millones. También incluyen una lista de medidas anti obreras designadas a mantener un colectivo de mano de obra inmigrante súper explotable para los patrones. Entre ellas se incluyen la extensión de los programas de “braceros”, aumentar la imposición de las leyes de inmigración, aumentar las multas, establecer medidas hacia la emisión de una tarjeta de identificación nacional y la extensión del sistema E-Verify, la investigación del inmigrante utilizando una base de datos del gobierno.
El Partido Socialista de los Trabajadores urge a todos los trabajadores a que se unan a las acciones del Primero de Mayo exigiendo la legalización. El Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajador, nació en 1886 en Chicago como parte de la lucha por la jornada de 8 horas. Esta festividad histórica de la clase obrera volvió a renacer en Estados Unidos en 2006, cuando unos 2 millones de trabajadores inmigrantes por todo el país cerraron las fábricas y tomaron las calles para exigir la legalización. Ese espíritu de lucha es exactamente el que necesitamos hoy.
La sed de ganancias ha acercado a los trabajadores de todos los rincones del mundo. Esto a su vez ha fortalecido a la clase obrera con un viento de experiencia en la lucha de clases, que nos asiste en ampliar nuestra perspectiva mundial y espíritu internacionalista. Esto facilita ver que la penetración de capitales y el uso de las disparidades salariales de los patrones no respeta fronteras, ni tampoco nuestras luchas lo hacen. Los trabajadores tienen que organizarse, no solo rompiendo todas las divisiones en nacionalidades en Estados Unidos, sino a través de la frontera con México y más allá.
El debate sobre inmigración del gobierno se produce a la vez que la lucha por los derechos de los inmigrantes gana una mayor simpatía entre los trabajadores nativos. La puerta está entreabierta, y ahora es el momento de salir a la calle y tirar la puerta en nombre de la solidaridad obrera.
¡Legalización completa para los trabajadores indocumentados, y sin restricciones! ¡Alto a E-Verify! La clase obrera tiene que confrontar el ataque patronal contra el movimiento sindical bajo la bandera de ¡Organización! ¡Sindicalización! ¡Legalización!
Artículo relacionado:
Defienda los derechos de los trabajadores
Portada (este número) |
Página inicial |
Página inicial en versión de texto