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Vol. 77/No. 21      3 de juno de 2013

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Bangladesh: afán de lucro de patrones
mata a 1 127, provoca luchas obreras
 
Munir Uz Zaman/AFP/Getty Images
Obreros de la costura en Bangladesh han venido realizando protestas tras el derrumbe de edificio de fábricas el 24 de abril. Más de mil personas murieron por el desdén del dueño del edificio y los patrones por la vida de los trabajadores. Arriba, protesta en Daca el 14 de mayo.
 
POR EMMA JOHNSON  
Trabajadores de la costura en Bangladesh han continuado realizando huelgas y manifestaciones diarias para exigir condiciones de trabajo más seguras y salarios más altos desde que las medidas para ahorrar costos del propietario de un edificio y los esfuerzos de los patrones para aumentar sus ganancias resultaron en la muerte de más de 1 127 trabajadores el 24 de abril.

Las operaciones de rescate en Rana Plaza en la ciudad de Savar, a 12 millas al norte de la capital Daca, terminaron el 13 de mayo Más de 3 mil trabajadores estaban dentro del edificio de 8 pisos, en el que habían 5 fábricas de ropa, tiendas y un banco, cuando se desplomó 19 días antes.

El edificio había sido evacuado un día antes del accidente, el 23 de abril, cuando aparecieron grietas en sus paredes externas. Las tiendas y el banco le informaron a sus empleados que no vinieran al día siguiente. Pero, los patrones de las fábricas de ropa presionaron a los trabajadores usando garantías falsas y amenazándolos que no les iban a pagar. Una hora después de que había empezado la jornada el edificio se desplomó.

Decenas de miles de trabajadores salieron inmediatamente a las calles a protestar, lo que paralizó el 60 por ciento de la producción de ropa del país. Las huelgas y protestas han continuado desde entonces. Los manifestantes han estado exigiendo que se arreste a los propietarios, se de compensación a los familiares de los trabajadores muertos, cuatro meses de salario y que se creen centros de trabajo más seguros. La semana pasada, la demanda de aumento salarial ha tomado prominencia.

Bajo la creciente presión social, el gobierno anunció el 12 de mayo que establecería un consejo de propietarios de fábricas y grupos laborales para proponer un nuevo salario mínimo. Al día siguiente, los propietarios anunciaron que cerrarían cientos de fábricas de forma indefinida en respuesta a la “agitación obrera”.

Los pasos que está dando el gobierno para aumentar el salario mínimo “han sido provocados por las huelgas y protestas”, dijo Nazma Akter, dirigente de la Federación de Trabajadores de la Costura de Bangladesh en una entrevista telefónica el 13 de mayo. “Y continúan. Exigimos un aumento de 3 mil a 8 mil takas” (de 37 a 102 dólares mensuales).

Reaz Bin Mahmood Sumon, vicepresidente de la Asociación de Fabricantes y Exportadores de Ropa de Bangladesh, dijo en una conferencia de prensa el 13 de mayo que los patrones de estas fábricas habían cerrado todas las fábricas del parque industrial de Ashulia, ubicado en las afueras de Daca, de manera indefinida debido a que la agitación obrera continúa. En esta zona industrial hay 500 fábricas que emplean a medio millón de trabajadores.

El gobierno también anunció que reformaría la ley laboral para que los trabajadores no tengan que obtener un permiso de los patrones para formar un sindicato.

“El asunto en verdad no es si hacer una nueva ley o reformar la anterior”, dijo Kalpona Akter, del Centro de Solidaridad Obrera de Bangladesh a la Prensa Asociada el 13 de mayo. “Antes, cuando los trabajadores trataban de formar asociaciones eran sujetos a golpes y maltratos”.

En medio de una ola de huelgas en 2010, el gobierno estableció un cuerpo de policía industrial de 2 900 agentes para espiar a los trabajadores, desestabilizar los sindicatos y proteger los intereses y propiedad de los patrones.

Las 5 mil fábricas de ropa de Bangladesh generan el 80 por ciento de los ingresos de exportación del país. Actualmente este país es el segundo mayor exportador de ropa después de China. En las dos últimas décadas la fuerza laboral en la industria de la ropa ha crecido de uno a 4 millones. La mayoría son mujeres del campo, que acuden a los grandes centros de producción en ciudades como Daca, que cuenta con 14 millones de habitantes, y Chittagong de 5 millones.

Los salarios en Bangladesh son los más bajos entre los principales países productores de ropa, seguido por Cambodia, otro centro de producción de ropa con crecimiento rápido. Cambodia no tenía industria de la ropa hasta mediados de la década de 1990. En 2010 ya llegaba al 70 u 80 por ciento de las exportaciones manufactureras del país y empleaba al 50 por ciento de la fuerza laboral industrial. Hoy la industria emplea 500 mil trabajadores. Casi el 90 por ciento son mujeres del campo.

Cambodia sobresale como otro ejemplo de la transformación social y lucha de clases que produce el desarrollo capitalista. En los últimos años los trabajadores han realizado varias huelgas y otros tipos de protestas laborales. En julio de 2010 el gobierno aumentó el salario mínimo mensual de 50 a 61 dólares. Dos meses más tarde, 200 mil trabajadores salieron en huelga para exigir 93 dólares. En marzo de este año aumentó a 80 dólares. El 1 de Mayo, miles de trabajadores de la ropa protestaron en Phnom Penh, para exigir que se aumente a 150 dólares.
 
 
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