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Vol. 77/No. 25      1 de julio de 2013

 
Espionaje del Internet, teléfono
reciben apoyo bipartidista
(artículo principal)

POR JOHN STUDER
Los documentos ultrasecretos que fueron recientemente desvelados a la prensa demuestran lo extenso que ha sido el espionaje de las comunicaciones telefónicas y por Internet que ha realizado el gobierno norteamericano. Llaman la atención a la erosión de los derechos políticos y el crecimiento del poder ejecutivo que han continuado bajo la administración de Barack Obama, una trayectoria que cuenta con un respaldo amplio en la clase dominante y sus dos partidos, los demócratas y los republicanos.

El 5 y el 7 de junio, el Guardian de Londres publicó dos documentos del gobierno.

Uno muestra que la compañía Verizon ha estado proporcionando a la Administración Nacional de Seguridad (NSA) registros detallados de todas las llamadas telefónicas de sus más de 100 millones de clientes. El documento era una orden judicial secreta que forzó a que Verizon entregará los registros telefónicos a la NSA por un período de tres meses a partir de abril de 2013. Esta orden, dijo más tarde la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado Dianne Feinstein, es una extensión rutinaria de las órdenes que han estado en vigor desde 2007.

El otro documento, una presentación de Power Point de la NSA, describe PRISM, un programa ultrasecreto de la NSA, a través del cual la agencia se ha apoderado directamente de todas las comunicaciones a otros países por Internet de Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, YouTube, Skype, AOL y Apple. Aunque la NSA afirma que PRISM solo espía las comunicaciones con el extranjero, también registra las comunicaciones nacionales que encuentran durante sus búsquedas y entrega algunas de estas al FBI, informó el Guardian.

“La amenaza del terrorismo sigue siendo muy real y estas actividades legales de inteligencia deben continuar, con la supervisión cuidadosa de las ramas ejecutiva, legislativa y judicial del gobierno”, dijo una declaración del 6 de junio de Feinstein, una demócrata, y del senador republicano Saxby Chambliss, vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado. Dijeron varias veces que el gobierno no está escuchando las llamadas telefónicas, sino recogiendo y analizando los patrones de números telefónicos llamados, la duración de las llamadas, y otros “metadatos”.

Para escuchar las llamadas telefónicas de cualquier persona, dijeron Feinstein y Chambliss, “se requiere una orden específica del tribunal de la FISA”, refiriéndose a los tribunales secretos establecidos bajo la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de 1978 que rutinariamente aprueba las solicitudes de las agencias de espionaje.

En una rueda de prensa en California el 7 de junio, Obama dijo que “invasiones modestas de la privacidad” son necesarias para proteger al pueblo norteamericano, y afirmó que “mi equipo las evaluó a fondo”.

Después del 11 de septiembre de 2001, el entonces presidente, George W. Bush, inició la actual operación de espionaje telefónico. Después de que fue revelado por el New York Times en 2005, fue legalizado con apoyo bipartidista por el congreso en 2008.

La oposición a los programas de espionaje en el congreso se ha limitado a un puñado de senadores: el republicano de Kentucky Rand Paul y los demócratas Mark Udall de Colorado y Ron Wyden de Oregon.

El 8 de junio Edward Snowden, quien contaba con acceso a información clasificada de la NSA como especialista en informática y empleado del contratista de defensa, Booz Allen Hamilton, reveló, después de huir a Hong Kong, que él había filtrado la información a la prensa. Snowden dijo que lo que él había hecho era parecido a lo que hizo el soldado Bradley Manning, pero más selectivo y más relevante a los intereses de Washington. El caso de Manning, quien fue detenido en mayo de 2010 por entregar una enorme cantidad de información clasificada al sitio web Wikileaks, está siendo juzgado en una corte marcial desde el 3 de junio.

“Creo que es un acto de traición”, dijo Feinstein el 10 de junio en referencia a las acciones de Snowden.

Las revelaciones que hizo Snowden ocurren menos de un mes después de otras dos: la de las intervenciones telefónicas y operaciones de espionaje del Departamento de Justicia contra la Prensa Asociada y los reporteros del noticiero Fox y la del uso por la administración Obama de la agencia de impuestos para atacar a sus opositores políticos.

La Corte Suprema rechazó un caso presentado por la organización de defensa de las libertades civiles ACLU y por Amnistía Internacional. La corte coincidió con el argumento del gobierno que, dado que los programas son secretos, los demandantes no pueden probar que se les está espiando.  
 
 
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