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Vol. 77/No. 25      1 de julio de 2013

 
(portada)
Protestas por toda Turquía
exigen derechos democráticos
 
AFP/Getty Images/Ozan Kose
Miles protestan en Izmir, Turquía, el 11 de junio, contra la represión gubernamental. Ese día la policía dispersó a manifestantes en Estambul con gases lacrimógenos y cañones de agua.

POR SUSAN LAMONT
Después de dos semanas de manifestaciones en Estambul y en toda Turquía, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan está buscando como poner fin a un naciente movimiento de protesta. Las protestas han sido realizadas sobre todo por estudiantes, profesionales de clase media y varios grupos políticos de oposición. Pero también han ganado el apoyo de muchos trabajadores y sindicatos, que están entrando a la pugna con sus propias demandas.

Las protestas se producen solo semanas después de que una manifestación sindical en Estambul el Primero de Mayo fue reprimida por la policía. Decenas de miles de personas han participado a pesar de la prohibición del gobierno.

Erdogan, que al principio denunció a los participantes como saqueadores y terroristas, aceptó el 10 de junio reunirse con representantes del movimiento. Pero al día siguiente la policía antidisturbios, utilizando gases lacrimógenos y cañones de agua, irrumpió en la plaza Taksim, en el parque Gezi, derribando las barricadas de los manifestantes.

Han habido tres muertos, cinco mil heridos y miles han sido detenidos. El gobierno dice que 600 policías han sido heridos.

La ola de manifestaciones fue provocada por un ataque policiaco el 31 de mayo contra la ocupación pacífica de la plaza Taksim por jóvenes que trataban de revertir el plan de Erdogan para demoler parte del parque para construir un edificio de estilo otomano, con un centro comercial, una acción vista por muchos como una afrenta al patrimonio nacional.

Nuevas protestas surgieron en respuesta a la represión, atrayendo a decenas de miles de personas. Las demandas se ampliaron para incluir más derechos democráticos, la protección de las minorías religiosas y nacionales y de la mujer, e incluso la renuncia de Erdogan y otros funcionarios del gobierno. La KESK (Confederación de Sindicatos de Trabajadores Públicos) y DISK (Confederación de Sindicatos Progresistas) llevaron a cabo huelgas el 4 y 5 de junio y se sumaron a las manifestaciones.

Las fuerzas y demandas que plantean son dispares e incluyen alusiones al movimiento difuso de protesta “Ocupar”, entre 2011 y 2012, en Estados Unidos y otros países.

Han habido manifestaciones en Ankara, la capital, y en más de 70 ciudades. “Por la noche, las personas que no vienen a las protestas salen a sus balcones y golpean cacerolas y hacen ruido, apagan y encienden las luces para demostrar su apoyo a los manifestantes”, dijo Semsa Yegin, escritora y traductora, al Militante.

“Estamos en la plaza Taksim con nuestras propias demandas”, dijo Cafer Alp, electricista y representante de DISK, en una entrevista telefónica desde Estambul. DISK es una de las confederaciones sindicales más importantes de Turquía, con más de 400 mil trabajadores en 17 sindicatos.

El gobierno de Erdogan ha promulgado un conjunto de leyes destinadas a debilitar los sindicatos, dijo Alp, citando un mayor uso de subcontratistas, trabajo sin seguridad en el empleo y medidas que hacen más difícil organizar sindicatos, dijo . “No he visto tanta solidaridad y unidad desde hace mucho tiempo”, añadió. “Nos da esperanza a los trabajadores y jornaleros”.  
 
 
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