Vol. 77/No. 41      18 de noviembre de 2013

Las legisladoras Paola Pabón, Gina Godoy y Soledad Buendía, intentaron despenalizar los abortos en casos de violación o cuando la vida o la salud de la mujer está en riesgo. Pabón, que había presentado la moción para cambiar la ley el 10 de octubre, la retiró al día siguiente bajo amenazas de Correa de poner fin a sus mandatos como diputadas ante la Asamblea Nacional.

Correa calificó a Pabón, Godoy y Buendía de “traidoras y desleales” y las tres fueron suspendidas por un mes por la comisión de ética de Alianza País. “Jamás aprobaré la despenalización del aborto”, dijo Correa en una entrevista televisada el 10 de octubre.

En América Latina más de 4 millones de mujeres se ven forzadas a recurrir a abortos ilegales, a menudo inadecuados, cada año. Miles sufren de lesiones graves como resultado.

Correa quien se describe como “humanista, católico y de izquierda”, quien dice estar al frente de “una revolución ciudadana” en Ecuador, es uno de los dirigentes políticos y partidos burgueses de izquierda en América Latina que se oponen al derecho de la mujer al aborto, incluyendo al presidente nicaragüense Daniel Ortega del Frente Sandinista, el ex presidente uruguayo Tabaré Vázquez y el difunto presidente Hugo Chávez en el 2012.

“El aborto por supuesto, es un crimen”, dijo Evo Morales, presidente de Bolivia, en respuesta a un debate público en julio provocado por un desafío a la ley del aborto vigente, que limita el procedimiento a casos de violación y salud.

Patricia Mancilla, diputada del Movimiento al Socialismo, el partido de Morales, dijo a la prensa que estaba motivada a exigir un cambio por “las muertes de tantas mujeres como consecuencia del subdesarrollo de nuestro país”.  
 
 
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