Vol. 77/No. 42 25 de noviembre de 2013
“Tenemos un gobierno en esta ciudad tan corrupto y grosero como se puede imaginar”, dijo Lee Mason, un taxista desde 1968. “Me obligaron a gastar cerca de mil dólares en mi coche para cumplir con estas reglas. Pero no solo es el dinero, es la forma en la que tratan a la gente. Nos tratan como basura”.
La mayoría de los conductores son dueños o arriendan un taxi. Las nuevas regulaciones requieren que pinten sus coches rojo y gris, instalen nuevas luces en el techo e instalen máquinas de tarjetas de crédito aprobadas por la ciudad. Según el sindicato, los conductores trabajan a menudo 12 horas al día y ganan un promedio de entre 25 y 30 mil dólares al año.
Los taxistas marcharon a la oficina del alcalde Vincent Gray para presentar una carta de la nueva asociación exigiendo una moratoria de las multas y el embargo de los taxis por incumplimiento con las regulaciones; reembolso para algunos de los costos, y la inclusión de un representante de los conductores en la comisión de taxis. Un representante de la oficina del alcalde salió y dijo que el alcalde estaba muy ocupado, pero que recibiría el mensaje.
“Ni siquiera nos pagan nuestro dinero”, dijo Elizabeth Sebhat, la única mujer conductora en la protesta. Dijo que ha estado esperando un mes para recibir los 1 600 dólares debidos a ella por pagos hechos con tarjetas de crédito. Ahora su taxi está estacionado mientras que trata de conseguir una nueva luz de techo. Según algunos informes, la instalación costaba inicialmente 180 dólares, pero ahora cuesta un mínimo de 475 dólares. Sebhat dijo que algunos talleres cobran hasta 600 dólares.
Neville Waters, el oficial de Información Pública de la Comisión de Taxis del Distrito de Columbia dijo que la oficina del alcalde promovió las mejoras porque “muchos pensaban que teníamos un sistema de taxis del tercer mundo. Los taxis estaban sucios, los conductores eran groseros”.
“Que él diga eso es un insulto a los conductores, la mayoría de los cuales son originarios de Africa del este”, dijo Galen Munroe, secretario de prensa de los Teamsters.
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