Vol. 77/No. 45      16 de diciembre de 2013

Trabajadores alrededor del mundo deben unirse para exigir que Washington y sus aliados levanten todas sus sanciones económicas y financieras contra Irán. El imperialismo estadounidense busca estrangular la economía iraní e imponer la máxima privación a la población para forzar al gobierno iraní a que acate sus deseos.

Trabajadores en Estados Unidos y otros países imperialistas deben defender el derecho de las naciones semicoloniales a expandir su electrificación, inclusive a través del uso de la energía nuclear. Esta expansión es imprescindible para el desarrollo de la industria, la agricultura, la medicina y la cultura.

El imperialismo norteamericano mantiene el arsenal nuclear más grande del mundo, y es la única potencia que ha usado esta herramienta de muerte masiva, contra las poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaki.

Las armas nucleares solo tienen un propósito: matar a millones de inocentes. Su existencia y su posesión por parte de cualquier gobierno se oponen a los intereses de la humanidad trabajadora.

La Revolución Cubana —desde las batallas que la llevaron a la victoria en 1959 y que convirtieron a los trabajadores y campesinos del país en autores de su propia historia, hasta hoy— ha sentado un ejemplo de moralidad obrera, al rechazar por principio el uso de cualquier táctica que atente contra los inocentes.

“Nosotros poseemos armas nucleares en virtud del poder invencible de las armas morales”, dijo Fidel Castro en 2005. “Armas para combatir la muerte, para combatir el SIDA, para combatir las enfermedades, para combatir el cáncer, a eso dedicamos nuestros recursos”.
 
 
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