Vol. 78/No. 2 20 de enero de 2014
(portada)Oren Ziv, Keren Manor/Active Stills |
Miles de eritreos y sudaneses protestan diciembre 28 en Tel Aviv contra nueva ley que permite detención indefinida de inmigrantes en cárceles “abiertas”. Los letreros se refieren a la práctica de identificar a los refugiados detenidos con un número en vez de su nombre. |
La serie de protestas empezó a mediados de diciembre. El 5 de enero, en la mayor protesta hasta la fecha, unos 30 mil refugiados y sus partidarios se manifestaron en Tel Aviv en el primer día de una huelga de sudaneses y eritreos que trabajan principalmente en restaurantes, cafés, hoteles y empresas de limpieza. Al día siguiente 10 mil protestaron frente a la embajada de Estados Unidos, las oficinas de Naciones Unidas y otras embajadas. Coreaban “somos refugiados” para llamar la atención internacional a su lucha.
“Sentirse inseguro la mayor parte del tiempo, sin saber si el gobierno te va a deportar o a encarcelar, uno no puede tomar ninguna decisión en su vida”, dijo el refugiado sudanés Mohamed Adam Salih el 29 de diciembre en una entrevista telefónica desde Arad, Israel. “Antes de las manifestaciones los medios de comunicación solo hablaban sobre los crímenes cometidos por africanos. Ahora los israelíes se enteran de la guerra civil y otras condiciones que encaramos, y cuando ven estas protestas empiezan a escuchar”.
En septiembre la Corte Suprema de Israel dictaminó que la ley que permite la detención de africanos o los que solicitan asilo por hasta tres años sin ser procesados era inconstitucional y que los 2 mil africanos en la prisión Saharonim tenían que ser puestos en libertad dentro de 90 días. Menos de la mitad han sido liberados.
El 10 de diciembre el parlamento israelí aprobó una nueva ley que permite que los refugiados sean detenidos por tiempo indefinido en una prisión que este “abierta” durante el día y, si violan las reglas allí, que sean encarcelados por hasta un año en una prisión cerrada.
Holot abrió en diciembre en el desierto del Néguev, junto a dos prisiones “cerradas”: Saharonim para inmigrantes africanos y Ketziot para palestinos. Ya que Holot, no está cerrada con llave durante el día la llaman prisión “abierta”, pero está rodeada por alambre de púas, cercas y guardias. Los detenidos tienen que estar presentes cuando se pasa la lista tres veces al día, no pueden trabajar y se les prohíbe salir desde las 10 p.m. hasta las 6 a.m. La ciudad más cercana es Beersheba, a 40 millas de distancia.
Aún después del fallo de la Corte Suprema, cuando los eritreos y sudaneses tratan de renovar sus visas, les ordenan presentarse en Holot.
El 15 de diciembre unos 150 detenidos salieron de Holot para protestar frente a las oficinas del gobierno en Jerusalén. Caminaron las más de 60 millas durante un par de días a pesar de temperaturas heladas. Su cifra creció a 220 personas.
“Ellos decidieron tomar medidas para enfrentar al gobierno cuando se enteraron de que tal vez tendrían que permanecer ahí por tiempo indefinido”, le dijo al Militante Moran Mekamel, ciudadano israelí judío de 29 años de edad y organizador de estudiantes por los refugiados, desde Beersheba el 29 de diciembre. .
Los 53 mil refugiados africanos en Israel entraron al país por el desierto del Sinaí en Egipto entre 2005 y 2012. Recibieron visas provisionales que tienen que ser renovadas al menos una vez cada tres meses, pero no se les permite trabajar legalmente o recibir beneficios de asistencia social del gobierno. En 2012 se levantó una cerca de acero en toda la frontera.
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