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Vol. 78/No. 7      24 de febrero de 2014

 
Capitalistas sacan miles de millones
de dólares de los países semicoloniales
(portada)
 
POR BRIAN WILLIAMS  
Las recientes devaluaciones monetarias en Argentina, Turquía y otros países del mundo son algunas de las manifestaciones más recientes de la profundización de la crisis capitalista mundial. Resultarán en salarios reales más bajos y en alzas de precios para artículos de primera necesidad, devastando las vidas del pueblo trabajador.

Al resultarles difícil maximizar sus ganancias mediante la inversión en la expansión de la capacidad productiva, los capitalistas han buscado otras maneras de sacar ganancias más altas. Esto incluye la especulación financiera en acciones, bonos y mercados de moneda y otro tipo de formas financieras en los llamados mercados emergentes, término que se usa para describir las naciones coloniales y semicoloniales menos desarrolladas.

Desde 2008, los capitalistas de Estados Unidos han invertido 1.1 mil billones de dólares en esto países, inflando una gigantesca y cada vez más inestable burbuja de deuda.

Ahora los acaudalados propietarios de dicha deuda están comenzando a temer los crecientes riesgos, y por la tanto están reduciendo rápidamente estas “inversiones”, no solo en Argentina y Turquía, sino también en Hungría, Brasil, India, Sudáfrica, Indonesia y otros países.

Según la opinión predominante entre los comentaristas financieros, dos sucesos han incrementado este temor. Primero, las crecientes señales de una ralentización en la producción industrial en China, la cual muchos capitalistas esperaban podría ser la fuerza motriz de una recuperación económica mundial. Segundo, la decisión del Banco de Reserva Federal de reducir sus ardides de impresión de dinero, lo cual, según sus proponentes, ayuda a estimular la inversión capitalista.

El gobierno argentino devaluó el peso el 23 de enero cuando los compradores de divisas internacionales empezaron a deshacerse de él. El valor del peso frente al dólar cayó un 15 por ciento en dos horas hasta que el banco central intervino vendiendo un total de 1.25 mil millones de dólares de sus menguantes reservas de moneda extranjera durante varios días para detener la caída. Las reservas de Argentina han bajado de un máximo de 52.6 mil millones de dólares en enero de 2011 a 28.3 mil millones.

La agencia de clasificación crediticia Moody’s está apostando que el peso argentino perderá un 50 por ciento más de su valor este año, informó el Financial Times, mientras que la tasa de inflación del país, aproximadamente del 28 por ciento en 2013, sigue aumentando.

La lira turca ha caído un 20 por ciento frente al dólar en un período de un mes. Como resultado, el banco central del país aumentó las tasas de interés el 28 de enero, comenzando con la tasa de interés para los préstamos de una semana, que aumentó a más del doble (del 4.5 al 10 por ciento). Aunque esto ralentizó la caída de la lira, “llegó demasiado tarde para convencer a los inversionistas extranjeros de que valía la pena seguir invirtiendo en Turquía”, dijo el Marketwatch. Se espera, sin embargo, que dicha maniobra ponga fin al boom en la construcción que fue impulsado por una masiva especulación inmobiliaria.

Ninguno de los países que los capitalistas llaman “emergentes” o “en vías de desarrollo” ha emergido o se ha desarrollado convirtiéndose en una potencia capitalista avanzada, y nunca lo hará. Esto ha sido así desde el nacimiento del imperialismo a principios de los años 1900, una conclusión científica explicada por el dirigente bolchevique V.I. Lenin hace casi 100 años en El imperialismo: fase superior del capitalismo.

Los trabajadores y campesinos del mundo colonial son explotados por capitalistas tanto nacionales como internacionales, y además las agencias de la burguesía nacional de sus países los hacen pagar por su deuda al capital financiero internacional. Cantidades inmensas de riqueza son desviadas a los bancos de Estados Unidos y de otros centros imperialistas para pagar los intereses de la deuda. La deuda externa de Turquía es de 373 mil millones de dólares y la de Argentina de 141 mil millones.

“Desde que se consolidó el imperialismo”, escribió Jack Barnes, secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, en El desorden mundial del capitalismo, “toda medida que el capital financiero adopta respecto a los países económicamente atrasados termina distorsionando cada vez más las economías de los países coloniales o semicoloniales. Ese es el efecto que tienen cada uno de los préstamos que los bancos les hacen a las clases dominantes; cada una de las inversiones en capital, ya sea de bienes raíces, industrial o comercial; cada compra de obligaciones emitida por una administración semicolonial; cada tratado comercial; cada proyecto para fijar el valor de las monedas más débiles a las más fuertes”.  
 
 
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