Vol. 78/No. 21 2 de junio de 2014
Reuters/Osman Orsal |
Marcha el 16 de mayo en Soma, Turquía, donde más de 300 obreros murieron en desastre minero. Cartel dice, “Ningún carbón puede calentar a hijos de padres muertos en la mina”. |
El incendio comenzó el 13 de mayo en la mina subterránea operada por la empresa Soma Mining. Los pozos de la mina se llenaron rápidamente de humo y monóxido de carbono, asfixiando a los mineros que se encontraban en medio de un cambio de turno.
Desde el año 2000 más de 1 300 mineros en Turquía han sido sacrificados en el altar del lucro.
“Estos accidentes son cosas que siempre están sucediendo”, dijo Erdogan en una rueda de prensa el 14 de mayo en Soma. “La muerte es el destino de los mineros del carbón”. En respuesta, miles de mineros y residentes locales rodearon la caravana de autos de Erdogan. Muchos exigían la dimisión del primer ministro.
Imágenes de vídeo muestran a Erdogan y su séquito tomando refugio brevemente en un supermercado donde golpeó a uno de los mineros.
Las protestas se extendieron rápidamente por todo el país, a la vez que cuatro federaciones de sindicatos convocaron huelgas en solidaridad con los mineros.
El 15 de mayo, 10 mil mineros realizaron una huelga de solidaridad de un día en la estatal Empresas Turcas del Carbón Antracita, en la ciudad de Zonguldak en la costa del Mar Negro, donde 263 mineros del carbón murieron en un desastre minero en 1992.
Los trabajadores de los astilleros de Tuzla de Estambul marcharon el 16 de mayo portando banderas y coreando, “Los trabajadores de Soma no están solos” y “Ganaremos al resistir”.
“Somos la gente que puede entender la situación de los trabajadores en Soma porque decenas de nuestros amigos también han muerto en estos astilleros”, dijo a la multidud Kamber Saygili, presidente del sindicato de trabajadores portuarios y astilleros.
También hubo protestas de decenas de miles de personas en Diyarbakir, la ciudad más grande de las áreas kurdas en el sudeste de Turquía.
“Acabo de venir de una manifestación cerca de la Plaza Taksim”, dijo al Militante por teléfono Samil Altan, copresidente en Estambul del Partido Democrático de los Pueblos, el 17 de mayo. “Pero no pudimos realizar la manifestación. Fue un caos. La policía nos atacó con cañones de agua, gases lacrimógenos y balas de goma”.
El 1 de mayo miles de trabajadores desafiaron una prohibición del gobierno contra manifestaciones y se congregaron en la Plaza Taksim, donde fueron agredidos por la policía. Más de 140 personas fueron arrestadas y 90 fueron heridas. La Plaza Taksim fue también el centro de las protestas contra el gobierno el verano pasado para exigir derechos políticos y democráticos para las minorías religiosas y nacionales, las mujeres y los sindicatos. La policía mató a siete personas durante estas protestas.
Según Altan, ha habido manifestaciones en apoyo de los mineros en muchas ciudades de Kurdistán turco. “Esto es importante, porque estamos tratando de unir la lucha del pueblo kurdo con la lucha de los trabajadores”, dijo.
En Turquía viven aproximadamente 13.4 millones de kurdos, una nacionalidad oprimida en la región con una larga historia de lucha. En junio del año pasado, miles de kurdos marcharon en Estambul para protestar por la muerte de Medeni Yildirim, quién fue baleado por la policía durante una protesta en Diyarbakir. En una muestra de simpatía sin precedentes, trabajadores, estudiantes y otros turcos se unieron a la protesta, muchos de los cuales habían participado en las acciones anteriores contra el gobierno.
Antes del desastre la empresa Soma Mining afirmó que era una de las minas más seguras del país y que utilizaba la tecnología “más avanzada” para extraer el carbón. En una rueda de prensa el 16 de mayo, el presidente de Soma Alp Gurkan dijo, “Fue un accidente imprevisible”.
Cuando le preguntaron por qué la mina no tenía un salón seguro equipado con máscaras de oxígeno, Gurkan dijo que la compañía tenía planes de crear uno en los próximos meses, pero que no estaba legalmente obligada a hacerlo, y que “no habría importado si hubiera habido un refugio”.
La mina en Soma es propiedad del gobierno, pero de gestión privada por Soma Mining desde 2005. En una entrevista publicada en el diario Hurriyet hace dos años, Gurkan se jactó de que su compañía había reducido los costos de extraer el carbón de 130 dólares por tonelada en 2005 a 23.80 dólares.
“Desde que la empresa fue privatizada, las normas de seguridad son más fácil de ignorar y violar,” dijo al Militante el 18 de mayo Cafer Alp, un electricista y dirigente de la Confederación de Sindicatos Progresistas en Izmir, localizada a un par de horas de Soma. “Manejan la empresa con sus propias reglas para maximizar las ganancias”.
Yasemin Aydinoglu en Elmira, Nueva York, contribuyó a este artículo.
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