Vol. 78/No. 26 21 de julio de 2014
Reuters/Ako Rasheed |
Miembros del Peshmerga kurdo celebran tras la toma de la ciudad de Kirkuk el 24 de julio. |
Desde principios de junio, el Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS), una agrupación al-qaedista, ha tomado control de la mayor parte de la parte occidente del país con una población predominantemente árabe sunita. El ejército iraquí y las milicias árabes chiítas tienen el control desde Bagdad al sureste del país. Los kurdos, una nacionalidad oprimida, han aprovechado la oportunidad para consolidar el control en el noreste, tomar nuevo territorio, incluyendo la disputada ciudad rica en petróleo de Kirkuk, y dar otro paso hacia la creación de un Kurdistán independiente.
Las fronteras del Iraq moderno fueron trazadas hace un siglo por las potencias imperialistas de Europa tras la Primera Guerra Mundial, y establecieron una monarquía pro-imperialista y el dominio de una clase gobernante árabe-sunita. Las fronteras de la región fueron repartidas del antiguo Imperio Otomano bajo acuerdos entre los gobiernos de Gran Bretaña, Francia y la Rusia zarista. Las nuevas fronteras, como el imperio que remplazaron, negaron una patria para los kurdos, que en la actualidad componen aproximadamente unos 30 millones de habitantes que residen en una región que abarca partes de Turquía, Iraq, Irán y Siria.
Pero el derrocamiento de la dictadura de Saddam Hussein y su partido nacional-socialista baasista en 2003 precipitó la desintegración de este orden imperialista. La meta de Washington de establecer en Bagdad un régimen capitalista estable de un nuevo tipo que sirviera mejor a los intereses imperialistas fracasó. En cambio, puso en marcha consecuencias imprevistas, incluyendo una apertura del espacio político en la región para el pueblo trabajador para discutir, organizarse y luchar por sus intereses de clase y el comienzo de una nueva etapa en la lucha del pueblo kurdo.
Entre el 55 y el 60 por ciento de los 29 millones de habitantes de Iraq son árabes chiitas, aproximadamente el 20 por ciento son árabes suníes y del 15 al 20 por ciento son kurdos.
Para disgusto de los gobernantes capitalistas de la región, los kurdos en Iraq a raíz de las guerras de Washington han creado una región semi-autónoma. El Gobierno Regional Kurdo recauda impuestos, tiene su propio ejército —el Peshmerga con unos 200 mil hombres y mujeres en armas— y realiza operaciones comerciales, pasando por alto al gobierno en Bagdad.
Después de que unos 800 combatientes del ISIS capturaron a Mosul el 12 de junio que se encontraba bajo el control de 30 mil soldados iraquíes, y de que el ejército iraquí se desintegrara en el norte sin dar una pelea, el Peshmerga se desplegó rápidamente para defender las áreas kurdas aledañas.
Durante las últimas dos semanas el Peshmerga amplió el área bajo el dominio kurdo en un 30 por ciento, incluyendo la ciudad de Kirkuk y los yacimientos de petróleo que rodean Salahaddin y Diyala, dejando a un lado las objeciones del primer ministro iraquí Nouri al-Maliki.
“La hora de la independencia de Kurdistán está más cerca que nunca antes”, dijo el empleado del gobierno kurdo Shorsh Khalid Ahmed al Wall Street Journal.
Se calcula que más de 14 millones de kurdos viven en Turquía, donde han luchado contra la opresión sistemática y brutal. Los avances de los kurdos en Iraq han forzado nuevas aperturas en Turquía. El año pasado un acuerdo puso fin a décadas de conflicto armado entre Ankara y la guerrilla del Partido de los Trabajadores de Kurdistán. El gobierno turco ha concedido, poco a poco, derechos a utilizar su idioma y otras demandas nacionales.
Turquía actualmente es el mayor inversionista extranjero en el Kurdistán iraquí. Un oleoducto al puerto turco de Ceyhan abrió recientemente como parte de la expansión del comercio a través de la frontera.
“En el pasado un estado kurdo independiente era una razón para la guerra, pero nadie tiene el derecho a decir esto ahora”, dijo Huseyin Celik, portavoz del partido gobernante de Turquía Partido Justicia y Desarrollo, al Financial Times el 27 de junio.
“En Turquía, hasta la palabra ‘Kurdistán’ pone nerviosa a la gente, pero su nombre es Kurdistán”, dijo. La independencia del Kurdistán iraquí no es la “primera opción” de Turquía, dijo, pero, “si Iraq se divide y eso es inevitable, son nuestros hermanos”.
En las áreas árabes sunitas de Iraq el creciente resentimiento hacia la discriminación por el nuevo gobierno dominado por los chiita ha proporcionado un terreno fértil para el ISIS, el cual recluta miembros por todo el Medio Oriente, Chechenia y otros lugares. El grupo controla grandes franjas de territorio en la vecina Siria y ha tomado control de casi todos los pasos fronterizos iraquíes con Siria y Jordania.
Aunque a los gobernantes estadounidenses les preocupa los pasos hacia la formación de una nación kurda y el fortalecimiento de las relaciones entre Bagdad y el gobierno de Irán, su mayor preocupación es la amenaza presentada por las fuerzas al-qaedistas. Esta última preocupación es igualmente compartida por Teherán y ha dado un impulso a la descongelación de las relaciones entre los gobiernos de Irán y Estados Unidos. El Washington Post informó el 16 de junio que diplomáticos estadounidenses e iraníes reunidos en Viena discutieron cómo cooperar para reforzar el gobierno iraquí y hacer retroceder al ISIS.
“Estados Unidos e Irán se encuentran en el mismo lado de la batalla actual en Iraq”, dijo el Post, “ambos tratando de evitar el colapso del gobierno de Bagdad o el descenso a una guerra civil total”.
Washington ha enviado unas 300 tropas de fuerzas especiales a Iraq para reforzar las operaciones contra el ISIS, así como drones y otros aviones de observación. Según el New York Times, aviones de transporte iraníes han estado llevando 140 toneladas de equipo militar a Iraq cada día.
Miles de sunitas y chiitas han huido de las zonas occidentales donde han ocurrido los combates entre el ISIS y el ejército iraquí.
Bashir Khalil, un chiita y su esposa Nidal Khalil, una sunita, fueron algunos de los que huyeron de Mosul después de que el ISIS tomó control, y se refugiaron en territorio kurdo cerca de Erbil. “No queremos ni este ni aquel”, dijo Nidal Khalil al Today’s Zaman, en referencia al gobierno de Maliki y el ISIS. “Ninguno de los dos se preocupa por nosotros los pobres”.
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