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Vol. 78/No. 42      24 de noviembre de 2014

 
(artículo principal)
Protestan muertes a mano
de la policía en Chicago
‘No pararemos hasta que rindan cuentas’  
Militante/Laura Anderson
Martinez Sutton, hermano de Rekia Boyd, muerta a manos de la policía de Chicago en 2012, durante rueda de prensa, noviembre 5, para exigir que se enjuicie a los policias responsables.

POR JOHN HAWKINS
CHICAGO—Junto con más de 100 partidarios de su lucha, los familiares de seis hombres y mujeres negros muertos a tiros por la policía de la ciudad durante los últimos tres años anunciaron a la prensa el 5 de noviembre frente a la sede del Departamento de la Policía de Chicago, su intención de seguir la lucha por el enjuiciamiento de los oficiales que mataron a sus seres queridos.

“La policía está entrenada para matar”, declaró Karen White, abuela de Desean Pittman, muerto por policías de Chicago el 24 de agosto. “Le dispararon 11 veces. Eso fue una ejecución”.

“La policía de Chicago mató a mi hijo hace dos años”, dijo Panzy Edwards, madre de la víctima más joven, Dakota Bright, de 15 años. “Los primeros disparos lo tiraron al suelo, luego le dispararon en la parte posterior de la cabeza”.

Cuando mataron a Bright, el 8 de noviembre de 2012, los vecinos salieron a la calle a protestar.

Las recientes protestas contra la muerte de Michael Brown a manos del policía Darren Warren el 9 de agosto en Ferguson, Missouri, enfocaron la atención de todo el país en la lucha contra la brutalidad policiaca.

“Hoy es el cumpleaños de Rekia”, dijo Martinez Sutton, hermano de Rekia Boyd, quien fue muerta el 21 de marzo de 2012 por el policía Dante Servin. El policía ha recibido cargos de homicidio involuntario, descarga imprudente de un arma de fuego y conducta imprudente, y está despojado de sus poderes de policía durante los procedimientos judiciales.

“El asesino de Rekia está caminando por las calles”, dijo Sutton. “Si yo hubiera hecho lo que él hizo, estaría encerrado. Pero ya que es un policía, lo dejan en libertad y aún está recibiendo su salario. Es casi como una promoción”.

Servin es solo el segundo policía de Chicago que ha enfrentado cargos criminales por haber disparado contra alguien.

“No vamos a dejar de luchar hasta que Sierra tenga que rendir cuentas por lo que le hizo a mi hijo”, dijo Emmett Farmer, padre de Flint Farmer, muerto a manos del policía de Chicago Gildardo Sierra el 7 de junio de 2011. “El policía dice que temía por su vida, que es la excusa estándar por un asesinato. Pero el video muestra sin duda como le disparó a mi hijo, como Flint cayó al suelo y entonces como Sierra le rodeó mientras él estaba acostado allí y disparó tres balas más en su espalda”.

Las familias de Boyd y Farmer recibieron indemnizaciones de 4.5 y 4.1 millones de dólares, respectivamente. Pero no han callado sus voces ni han dejado de participar en la lucha junto con otras victimas de la brutalidad policiaca.

Entre los oradores estaba Gloria Pinex, madre de Darius Pinex, que fue muerto por el policía Sierra el 7 de enero de 2011, cinco meses antes de que Sierra mató a Farmer. “Si el gobierno de la ciudad hubiera escuchado nuestras demandas de hacer algo con respecto a Sierra, nunca habría matado a Flint Farmer porque lo hubieran sacado de las calles”, declaró Pinex.

También hablaron en la conferencia de prensa Bonnette Jernigan, la otra abuela de Desean Pittman, y Dorothy Holmes, la madre de Ronald Johnson, muerto por la policía el 12 de octubre. Holmes presentó una demanda en la corte federal el 29 de octubre.  
 
 
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